Historia de Salta y del Norte Argentino

EXCESOS EN EL VALLE CALCHÁQUI - AÑO 1631

Por Gustavo Flores Montalbetti

Entre la abundante documentación surgida durante los siglos XVI al XIX, existen escritos que detallan actos de extrema crudeza.

Sin pretender asumir papel de juez ni tomar parte en la cuestión histórica, expongo pasajes tomados de primeras fuentes.

En los muchos intentos de los europeos por establecerse en el Valle Calcháqui, hubo algunos hombres que no dudaron hacerlo pese al peligro que enfrentaban.

Aquí uno de ellos. Texto extraído de una carta del gobernador del Tucumán Felipe de Albornoz: “Los demás padres de la Compañía (de Jesús o Jesuitas) estuvieron siete años en el dicho valle y no poder ser doctrinados (los nativos) sin el amparo y la ayuda de los españoles a cuya causa vivían a todo su albedrío sin temor de Dios ni de las reales justicias cometiendo entre si muchos robos, incestos y muertes y apostatando de la fe, que vivieron flechando cruces quemando iglesias y poniendo a los perros los nombres que le dieron en el Santo Bautismo de cuya mucha libertad y natural belicosidad se podría temer mayores daños (…), (…) ello se ha experimentado después acá habiendo muerto a Juan Ortiz de Urbina, uno de los encomenderos que había en el dicho valle con su casa y su familia, matando juntamente con él a Lorenzo Faxardo, su cuñado con sus mujeres, a Diego de Urbina su hijo mayor y a otro español llamado Gonzalo Fernández con un indio de su servicio y otros que dejaron por muertos (…), (…) robándole cuanto tenían tomándole plata y ajuares de su servicio, trigo, maíz y ganados que se reputaban y valoraban en más de veinte mil pesos, y últimamente le llevaron cuatro hijas doncellas cautivas que las tuvieron algunos días en su poder hasta que mi teniente de la ciudad de Salta se las quitó por fuerza de armas con cuarenta y tantos españoles que para ello salió de Salta y ayuda de los indios amigos en que le hirieron veinticinco soldados y desbarrancaron tres (…)”. Tiempo después, Albornoz dice: “(…) hice justicia de diez y siete de ellos en el mismo día, hora y lugar donde ellos mismos mataron al dicho Juan Ortiz de Urbina (…), (…) de nuestra parte donde después de ahorcados fueron flechados y quemados sus cuerpos y las cabezas puestas en palos para escarmiento de los demás y después condenados a muerte otros diez y nueve que todos fueron treinta y seis. que en los treinta se ejecutó sentencia y en los seis se conmutó en servicio perpetuo de las Iglesias de esta ciudad de San Miguel y Salta en consideración de las rogativas y plegarias que en todo el tiempo de esta jornada estuvieron haciendo (…), (…) pues no hice en todos tantas mercedes = los que se hallaron menos culpados, unos fueron desgarronados, a otros se les cortó la coyuntura del dedo pulgar de la mano derecha, a otros los picos de las narices y a otros se les trasquilaron las manos (…)”. 2 de abril de 1631, Felipe de Albornoz. Sobre el mismo caso, el Padre Jesuita Pablo Pastels, refiere: “El escrito da cuenta de que los indios del Valle de Calcháqui mataron a Juan Ortiz de Urbina, uno de sus encomenderos, a su yerno, hijo y mujeres, y se llevaron cuatro hijas doncellas; y cómo se las quitaron, y daño que se les hizo; y cómo los sujetó y allanó. Dice constar por declaraciones auténticas del Padre Provincial de los Reyes, Nicolás Duran, y de los demás Padres de la Compañía de Jesús que estuvieron ocho años en dicho valle y que (los nativos) no pueden ser doctrinados sin el amparo y ayuda de los españoles. Hace historia de su levantamiento, robos y muertes, y pondera sus servicios en reducirlos. Santiago del Estero, 29 de abril de 1631

Gustavo Flores Montalbetti Investigador en Arqueología e Historia, Revisionista

 

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