Algarrobo Histórico

Este ejemplar característico de la zona, es uno de los tantos que existen en nuestro país, que son considerados “árboles históricos”, al ser los escogidos por los próceres patrios.

Según la tradición cuenta que bajo su sombra descansó el Gral. Belgrano, en su paso por Campo Santo. El Gral. Belgrano estuvo en Campo Santo en tres oportunidades; en 1.812 reorganizando su Ejercito para marchar a Jujuy, en este mismo año recorre tierras camposanteñas durante el “Exodo” que realiza desde Jujuy hacia el sur, y en 1.813 cuando desde Tucumán avanza hacia la ciudad de Salta a la “Batalla del 20 de Febrero”.

También en el mismo fue amarrada Doña Gertrudis Medeiros de Cornejo, esposa de Don Juan José Fernández Cornejo, cuando fue tomada prisionera por los realistas por haber colaborado con los patriotas. Después del desastre de Huaqui, en Junio de 1.811, la noticia del avance realista tras las derrotadas fuerzas patriotas y la inminente llegada de los Ejércitos españoles sobre Campo Santo, produjo tal impresión en el Coronel Fernández Cornejo que le causó la muerte instantáneamente.

A pesar de la irreparable pérdida de su esposo, aquella valiente mujer se armó de coraje y enfrentó al enemigo con la peonada, pero la superioridad numérica y el poderío de armamento la vencieron y tomada prisionera, saquearon su casa, incautaron sus haciendas, destruyeron sus cosechas y talaron los cañaverales no dejando nada en pie.

Recién después de la Batalla de Salta, fue liberada de su prisión y puesta en libertad.

Al año siguiente al producirse una nueva invasión realista, esta valiente salteña organizó a su peonada para resistir al enemigo, siendo vencida nuevamente.

Tomada prisionera, cargada de cadenas y caminando a pie, los realistas la condujeron hasta la ciudad de Jujuy, mientras su hacienda de Campo Santo era otra vez saqueada y asolada.

Pese a su delicada situación, esta indómita mujer se las ingeniaba para enviar desde Jujuy informes secretos al General Güemes comunicación de los movimientos de los realistas. Pero estos sospechando acerca de lo que sucedía, decidieron conducirla hasta el famoso “socabón de Potosí”, más ella logró fugarse desde su celda de prisión en Jujuy antes de que sus captores pudieran concretar el plan. Recuperada su libertad, se trasladó en 1.817 a Tucumán.

A pesar de la gestiones del Gral. Belgrano y Gral. Güemes ante el Gobierno de Buenos Aires para que recompensara a esta heroína salteña, nada hicieron las autoridades centrales por ella, dejándola morir pobre y abandonada.

 

 

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