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Haydee Avila

Nacida en la provincia de San Juan, es salteña por adopción, ya que reside en Salta desde 1971. MAESTRA de "nacimiento" ejerció la docencia desde muy joven en su provincia natal, para luego desarrollar su profe-sión en Cafayate, la hermosa, y en Salta Capital, donde se jubila en año 2004. Junto con la pasión de enseñar, comienza también su pasión por escribir poesía, por ser poeta. Sus primeros poemas al amor, a la vida, a la esperanza, datan desde 1960 y continúa escribiendo en forma inédita hasta hoy. En 1971 escribe "Dulce Jáchal" y "A Jáchal en una canción", poemas que fueron fusionados por el folklorista Charango Martínez en una canción para la que compuso la música, y fue grabada por la cantan-te Charanguita Martínez. Hasta hoy sigue con esta actividad literaria a la que considera un DON

 

VUELO

Surcar el viento, el cielo, el infinito,

tener mis propias alas y albedrío,

ir hacia el cenit sin más designio

que volar y sentir el poderío.

 

Ser dueño del espacio alucinante,

con la mínima expresión del propietario,

solo divagar, errante trotamundos,

interestelar genio sin salario.

 

Atravesar raudo el horizonte arcano,

para llegar al centro del planeta,

traspasar océanos persiguiendo el aire

y reposar volando en un cometa.

 

Y después… el alma henchida

extender las alas hacia el mundo,

alcanzar la calma sostenida

y recuperar el espíritu profundo.

 

 

ALMA EN VUELO

En este mundo de principios y finales,

el tiempo es un desgranamiento infinito,

en inquietantes fragmentos imprecisos

donde la esencia del alma pierde el tino.

 

Su divagar inasible, reflejado en ensueños,

es latido incierto del silencio expandido,

pensamiento esbozado, apenas en instantes

que se esfuma como un soplo trascendido.

 

Ansía el alma dejar la incertidumbre

para buscar nuevos senderos siderales,

y reencontrar momentos agradables

de ensoñaciones definidas y reales.

 

Recuperar destellos temporales

dispersos en delirios insondables;

transmutarlos en sueños fascinantes

amanecidos en auroras inefables.

 

No más oscuro abismo sin memoria;

es tiempo de serenidad resplandeciente,

de armoniosos susurros de esperanza,

de alada paz, de horas trascendentes.

 

Puede el alma alcanzar el horizonte

en el áureo fulgor del rojo ocaso,

para volar con premura tras la estrella

que deja huellas titilantes a su paso.

 

Y aunque el inmensurable mundo se bifurque

en ardientes trayectos encendidos,

en nuevas madrugadas luminosas

recobra el alma, sus dones fugitivos.

 

VIAJES

Incontrolable ansiedad de alma viajera,

amanecidos sueños peregrinos,

puedo volar galaxias insondables,

y retornar por ignotas perspectivas.

 

Cuerpo traslúcido de añoranza pleno,

arde mi corazón, saeta disparada,

lejanía presentida en cada vuelo,

soy aurora, zenit y rojo ocaso.

 

Sigo trayectos de inquietos resplandores,

por el éter milagroso y pensativo,

mi alma encantada, atardecida y sola,

busca en el viaje un despertar ambiguo.

 

Voz del viento, latido apasionante,

vaga en intervalos anhelados,

devenir escurridizo y suelto

viene y va, sin calendarios fríos.

 

Misteriosos instantes del azul infinito,

se cuelan en la sombra del camino elegido,

confundidas partidas con febriles regresos,

abrazo esperanzada mi alma trotamundos.

 

COMENZAR OTRA VEZ

Aquí estoy, a los setenta y tantos

pletórica de sueños estelares,

la vida aun parece intacta,

esperando por mí, por mis cantares.

 

Mis ensueños me elevan al cenit

por misteriosos cielos increíbles,

quiero sentir, quiero ver, quiero tocar,

quiero estar en el espacio suspendida.

 

Quiero sentir sobre mi cara ardiente

el viento que anuncia la tormenta,

quiero acariciar la insomne piedra

y hundirme eufórica, en la arena.

 

Quiero escuchar la música del tiempo

pero también oír a mi silencio,

amo mis vivencias cósmicas

y lo que el destino dispuso en mi camino.

 

Quiero libre, girar con las estrellas,

por recónditos resquicios planetarios,

desandar viejas distancias siderales

y volver al cercano mundo de la gente.

 

Quiero leer y sentirme sumergida

en océanos de letras transparentes,

tratando de entender y estar a flote,

en una balsa de saber perenne.

 

Quiero disfrutar del misterio fascinante

del poeta inefable y de su canto,

o estar asida a la luz de un pensamiento,

a una idea… al conocimiento.

 

Quiero tomar la plácida palabra,

para escribir originales versos

reunirlos en estrofas armoniosas,

y convertirlos al final en un poema.

 

Quiero salir de las esquinas de mi alma

transitando el horizonte esquivo,

y atravesar honduras necesarias

                                               sobre las ondas de la aurora clara.

 

Quiero, indemne, llegar a la otra orilla,

de mi tiempo terreno y transitorio,

con el espíritu colmado de experiencias

entre el cielo y la tierra de mi esencia.

 

 

 

 

 

 

AMANECER

 

Repentino claror de la alborada :

el resplandeciente se levanta .

La vida , sublimación arrebolada ,

con libres y encendidos sones , canta .

 

Estallan fulgurantes melodías

con la irrupción de la luz multiplicada ,

apacibles y serenas armonías

se expanden en la brisa perfumada .

 

Y en medio de la esplendente euforia ,

del éxtasis de la Naturaleza ,

está el amor de Dios y de su gloria .

 

Es el tiempo un conmovido canto ,

de piedad , de alegría , de belleza:

un sincrónico y fiel susurro santo .

 

Haydée Ávila

Salta , 21 de julio de 2016

 

 

 

ATARDECER

 

Ocaso , crepúsculo  radiante,

aromado firmamento  diáfano,

una invasión de tímidas estrellas ,

pone huellas titilantes en el cielo.

 

Sereno, iridiscente resplandor,

explosión tornasolada de la luz,

con la cósmica brisa de arreboles,

huye chispeante la lumbre a contraluz .

 

Música verdosa, sonora fronda,

emoción transluciente de las hojas,

bulle un aletear de plumas y colores,

con sutil energía anaranjada.

 

Mágica curva, el horizonte,

ígneo espejismo de esperanza,

sorprende el sortilegio terminal

del resplandor último del día.

 

Haydée Ávila

Salta , 27 de mayo de 2016

 

 

 

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