Séptimo Obispo de Salta

Por Ernesto Bisceglia

ue consagrado Obispo de Salta en 1923 siendo oriundo de la provincia de Jujuy, donde había nacido en 1873. Su formación profesional la realizó en el Seminario Conciliar de Salta destacándose en sus estudios, ocupando luego todos los cargos a lo largo de cuarenta años.

De vida contemplativa y retirada, prefería mantenerse ajeno a los afanes del mundo, entregado al estudio y a la oración. Ocupaba puntualmente ya fuera su puesto en la Curia, el de canónigo en el coro y se caracterizaba por su desprendimiento para brindar apoyo a los que lo necesitaban.

Pero todas sus cualidades, supo destacar aquella de literato. Poseedor de una vasta cultura formada en la lectura de los clásicos, escribía tanto en prosa como en verso "con una armonía encantadora y una claridad meridiana, con una pureza clásica y con una verdad y profundidad admirables".

Durante sus años de episcopado creó parroquias nuevas, recibió nuevas Congregaciones religiosas, se ocupó de divulgar la enseñanza; cedió para los Carmelitas su casa colonial a fin de fuera utilizada como convento e iglesia pública; realizó fructíferas visitas a los curatos rurales, fundó centros de cultura católica, estableció la Acción Católica, dio esplendor al culto, decoró a su costa el presbiterio de la Catedral, Celebró el Congreso Eucarístico Diocesano y creó numerosas obras de piedad y apostolado.

Se cuenta que en las noches gastaba largas horas a los pies del Crucificado en el Templo Mayor.

Monseñor Julio Campero y Aráoz fue Obispo de Salta hasta 1934, año en que renunció a su cargo. Falleció en 1938.

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