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Beatríz Cazzaniga

Nace en Barlassina, provincia de Milán, Lombardía (Italia), el 25 de noviembre de 1940 y llega a Salta, junto con su familia cuando sólo contaba nueve años. Cursa sus estudios secundarios y terciarios en la Escuela de Bellas Artes "Tomás Cabrera", de la que egresa con el título de Profesora en Escultura en 1962. En ese establecimiento fue discípula de Esdras Gianella hasta su egreso, él le proporcionó la solidez técnica en el manejo de la escultura, base y cimiento de su trabajo posterior en el campo del arte.

En el año 1963 se traslada a Tucumán para realizar estudios en el Departamento de Arte de la Universidad, de donde egresa como Licenciada en Artes Plásticas, especialidad Escultura, en el año 1967 y, como Licenciada en Pintura en el año 1972. A partir de allí, por sus naturales condiciones plásticas, unidas a una extraordinaria e incansable vocación de trabajo, remonta su camino en la plástica como escultora de gran relevancia, tanto en el ámbito nacional como internacional.

Actualmente se desempeña en Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán como profesora titular de Escultura. Es además, directora del Instituto de Arte Americano y Regional de dicha facultad desde 1995; directora del Proyecto de investigación denominado: "determinación de la patología de obras de arte de interiores y la metodología para su conservación" (2001-2003) y desde el 2 de marzo de 1994 representa a esta universidad en el Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio Cultural, con sede en Buenos Aires.

Su permanente afán por profundizar sus conocimientos y especializarse, la llevó a la realización de estudios de postgrado tanto en Argentina como en Europa, entre ellos: "Enseñanza superior del magisterio"; "Conservación y restauración de obras pétreas"; "Conservación de materiales lapídeos"; "Rehabilitación del patrimonio arquitectónico"; "Conservación y restauración de artesonados de madera"; "Conservación y restauración de escultura de madera", "Sociosemiótica y Posmodernidad". Desde 1998 a 2000, dirigió y ejecutó en Tucumán el proyecto de restauración y conservación de los monumentos escultóricos de Tucumán, a la vez que trasmitió sus conocimientos como directora del proyecto para determinar las patologías de ciertas obras de arte escultórica y la metodología para su conservación.

Intervenciones. En Roma realizó las siguientes intervenciones de laboratorio en el Instituto Central del Restauro de Roma: relevamiento gráfico y fotográfico, limpieza y consolidación de sarcófago etrusco del Siglo VII; en estatuas y ménsulas romanas de mármol del Siglo III. Participó en equipos interdisciplinarios de la Universidad de Boloña en la recuperación de restos arqueológicos en la ciudad de Suassa (Siglo I, Roma) y en la recuperación de la fachada del Palacio Comunal de Siena, en la Iglesia de Donna Regina de Nápoles, en la ejecución de casettoni: moldeado y dorado a la hoja y en la iglesia de Punta Fisciano en Salerno, en la recuperación de la película pictórica del techo. En Tucumán, la restauración del monumento "La Parábola" de Pompilio Norry; en Jujuy: restauración, control general y limpieza del monumento "La Paz", "La Libertad"; "EL Trabajo" y "Los Leones" de Lola Mora (1997-1998); también en Tucumán intervino en el monumento al doctor Juan Bautista Alberdi de la misma autora; relevamiento inspección del "Monumento a Zuviría" en Salta. Entre 1998 y 2003 realizó diecisiete intervenciones operativas en diversas obras de Tucumán y el asesoramiento y dirección técnica desde 2001 a 2003, en el monumento al General Alvarez de Arenales en Salta, trabajo inconcluso.

La génesis de su obra

El difícil oficio escultórico y sus permanentes deseos de superación, han llevado a Beatriz Cazzaniga, a una constante búsqueda de perfeccionamiento y al descubrimiento de los secretos de las más variadas técnicas.

En sus inicios, en Salta, realizó trabajos en vaciado de cemento, tallas de madera y piedra, hierro forjado y soldado, para luego iniciar las incursiones de sus primeros trabajos en acrílico y cera, en donde su natural espiritualidad e impulso vital la llevaran a expresar formas desgarrantes que muestran la presencia de la vida en un germen de dramatismo de carnes rotas, que no llegan sin embargo a la desesperación de lo trágico. Con ellas transmite la poderosa fuerza interior que la anima.

Más adelante y tal vez como ella misma lo expresa, la cera en su ductilidad y maleabilidad, la llevará al bronce y a la plata, que son los materiales que con mayor asiduidad ella maneja.

Caminando entre sus escenográficos bronces, penetramos en ese mundo teatral en donde representa la génesis permanente de la vida, lo humano y el hombre siempre presentes en su transitar por el arte.

Su prolífica obra la ha llevado a realizaciones permanentes, algunas de las cuales se encuentran en: Museo Provincial de Bellas Artes de Tucumán, Sociedad Dante Alighieri, Museo de Bellas Artes Rosa G. de Rodríguez de Santa Fe, Museo Castagnino de Rosario, Universidad del Sacro Cuore de Milán, Comunidad Erba, Barlassina, Italia, Universidad de Lovagne de Bélgica, iglesias de Tucumán, y en diversa colecciones privadas y particulares del país y del extranjero.

En 1981 recibió una primera beca de la sociedad Dante Alighieri de Tucumán para cursar estudios en Milán, Italia (período académico 1981-1982). Fue designada socia honoraria de la Federación Argentina de Mujeres Universitarias en reconocimiento a su trayectoria artística (1987); correpresentante de los escultores de Tucumán en los homenajes a Lola Mora, realizados en Buenos Aires en 1988; "La Mujer del año en las Artes Plásticas"; Tucumán (1993). En ese mismo año, la Universidad Nacional de Tucumán, con el auspicio del Ministerio de Relaciones Exteriores y Cultos de la República Argentina, le otorga una beca de perfeccionamiento y para realizar muestras en Milán y Roma.

Esta artista que Tucumán, absorbiera por muchas causas, entre ellas por su permanente residencia en ella, por su expansión de conocimientos en el seno de la Universidad y en otros lugares del país y del extranjero, no dejará sin embargo de ser nuestra, ella misma lo dice: "Mi identidad es un problema para los que pretenden ubicarme o desubicarme. Para los salteños, soy tucumana, para los tucumanos soy salteña, pese a que alguna vez me rechazaron en un salón provincial por ser "extranjera", porque el final de mi infancia, la adolescencia, el comienzo de la juventud, es el tiempo de la vida que pone sellos y mis sellos son salteños, incluso los del arte, pues estudié en la Escuela "Tomás Cabrera", y esos amigos de hierro que uno logra hacer son de acá, pocos pero totales" (Diario El Tribuno 16 de abril de 1988)

Información y Fotografías extraidas del libro "Vida Plástica Salteña" de Carmen Martorell y Margarita Lotufo Valdés con autorizacion de la Secretaría de Cultura de la Provincia de Salta.

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