Andrés de Mestre - Primer Intendente de Salta del Tucumán

Por Andrés Mendieta

Al organizarse el Virreinato del Río de la Plata Don Andrés de Mestre se desempeñaba en 1778 como él último gobernador de la antigua provincia del Tucumán. Luego de haber sustituido en el mando a Antonio Arriaga, pasó a constituirse como el primer Intendente de Salta gestión que culminó en 1783.

Como es sabido al disponerse esta nueva organización el 28 de enero de 1782 el Virreinato del Río de la Plata quedó dividido en ocho intendencias con las gobernaciones de Montevideo y de las ex misiones jesuíticas. Posteriormente, por cédula real del 5 de agosto de 1785, la Corona cambió el sistema de las divisiones y quedaron sólo como Intendencias: Buenos Aires, Paraguay, Córdoba, Salta, La Paz, Charcas, Cochabamba, Potosí; cuatro gobernaciones: Montevideo, Misiones Guaraníes, Mojo-Chiquitos y Puno.

La Intendencia de Salta - cuya sede se encontraba en esta capital al frente de Andrés de Mestre – comprendía las provincias de Tucumán, Salta (a la que se añadía el título de “Muy Ilustre”), Jujuy, Catamarca y Santiago del Estero y las extensiones de la Nueva Orán y la Puna.

Durante el gobierno de Mestre obtuvo el permiso por parte del virrey Juan José Vértiz para que navegaran el río Bermejo, tras algunos fracasos por expediciones anteriores. Aquí cabe una acotación: en las proximidades de la ciudad de Embarcación aún se puede observar una nave encallada desde aquellos tiempos.

Fueron momentos difíciles para Andrés de Mestre ante el continuo asedio de los tobas y los matacos a los asentamientos de españoles ubicados a las márgenes del Río Negro, jurisdicción de la ciudad de Jujuy. Ante esta situación dispuso enviar al Río del Valle una competente guarnición de milicianos para contener cualquier ataque.

A ello se agregó, en 1780, la sublevación de Tupac Amaru que se extendió rápidamente hasta los confines de casi todo el virreinato.

Ante la fala de apoyo por parte de la capital del virreinato insistió en reiteradas oportunidades al virrey Juan José de Vértiz le envió el siguiente despacho: “Con motivo de los presentes acaecimientos en todo el reino parece que ha sido trascendental, no solo a la mucha gente plebeya de que se compone esta ciudad, sino también a los indios que están en las inmediatas reducciones, pues aunque las primeras noticias que tuvimos no nos enviaron la más cierta especie para el asenso, pero como en la actualidad no son despreciables ningunas, se hicieron algunas diligencias, con las que hemos venido a conocer la preparación en que se halla esta gente para invadir esta ciudad pasado mañana miércoles, aunada toda la gente de Perico, Isla y Carril con los indios tobas, quienes se hallan ya fuera de su reducción encubiertos en los montes del Pongo y sus inmediaciones, y se dice esperar tres naciones más, bárbaras, con quienes han hecho alianza, y se han pactado a juntarse en un cierto punto de reunión para dar el ataque en el citado día...”.

Más adelante el intendente de Salta del Tucumán, don Andrés de Mestre, le dice al virrey de Vértiz: “Todo esto se ha sabido por haberlo revelado uno de los mismos indios tobas por un recado que le mandó al maestro Albarracín, en que le prevenía no se retirase a Jujuy, porque en su hacienda se libraría; y aun por este conducto, como por otros, ha podido averiguar este eclesiástico la certidumbre del acaso, y acaba de llegar a darnos esta noticia que, junta con otros antecedentes que hemos tenido, se hace preciso darle todo crédito; y más cuando ayer tarde vino un mozo que habita en las Capillas, distante siete leguas de esta, quien expresó haber el día antes ido a su casa, y de paso para la reducción, un hombre a quien no conocía (pero era aindiado) y le previno que para el miércoles estuviese dispuesto con sus caballos, y se disfrazase, untándose de barro la cara, pues él iba a traer su gente, y entre ella a dichos indios. Esto nos tiene con un continuo sobresalto; y justamente recelosos de que acontezca algo, lo ponemos en noticia de Vuestra Señoría para que vea el mejor modo de auxiliar esta ciudad, y que sea con la mayor prontitud, pues la gente que acá tenemos sabe Vuestra Señoría que es muy poca; y como nos recelamos de que sea general la conjuración, no podemos hacer venir a toda la del campo, porque sería peor entrar al enemigo en casa...”.

Termina el afligido Mestre pidiendo, desde la ciudad de Jujuy, 26 de marzo de 1781: “ el más pronto remedio, que ya no puede ser otro sino mandar alguna gente y municiones, pues de todo carecemos, como también de armas, porque en la revista que se hizo de ellas, no llegan a sesenta las que se hallan corrientes. Todos estos son motivos que nos tienen sobresaltados, y solo esperamos el remedio y auxilio de la mano de Vuestra Excelencia”.

Con respecto a la gestión de gobierno de Mestre está considerada como progresista, reedificó las casas consistoriales, mejoró las veredas y sus calles y el hospital, estimuló la producción de tabacos y creó la cátedra de filosofía. Asimismo, fue autorizado para efectuar una expedición al Gran Chaco.

Concluyo esta nota señalando que no se encontraron mayores vinculados a otros datos biográficos del último gobernador del Tucumán y primer intendente de Salta, don Andrés de Mestre.

 


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