Juan Ramirez de Velasco

Nació en 1535 en La Rioja (España) y murió en la ciudad de Santa Fe (Argentina) en 1597. Su pueblo natal fue Estollo, en el valle del río Cárdenas, a 49 km. de Logroño, muy cerca de Berceo y de San Millán de la Cogolla. Fue bautizado con el nombre de Juan Ramírez de la Piscina y Velasco y Ábalos y de la Calle.

Ramírez de Velasco era hijo de una tradicional familia riojana que fue utilizada por la Corona como punta de lanza en sus gobiernos americanos y como fuente de excelentes administradores en las colonias. El colonizador prestó servicios en las fuerzas militares españolas durante más de treinta años de su vida.

Velasco se había enrolado en las fuerzas armadas cuando sólo contaba con 16 años de edad, participando de las Guerras de Italia, de la campaña de Flandes y de las cruentas guerras contra los turcos.

Como reconocimiento a su valor, ascendió rápidamente hasta lograr el empleo de General de Mar y Tierra. Cuatro veces cruzó el Atlántico como jefe de las custodias militares de convoyes mercantes.

El emperador Felipe II nombró a Velasco gobernador del Tucumán, cargo que el funcionario ocupó entre 1586 y 1593. Se embarcó en el 30 de noviembre de 1584 para dirigirse a ocupar su cargo, pero la flota que lo transportaba fue atacada por piratas británicos, a los que derrotó. Un año después de su partida (30 de noviembre de 1585) llegó por fin a Sucre, una de las actuales capitales nacionales bolivianas.

En su período como gobernador del Tucumán, Velasco se vio obligado a implementar un plan elaborado por él con anuencia del rey para pacificar a los belicosos indígenas de lo que hoy es el noroeste argentino. En efecto, los calchaquíes y los diaguitas se resistían a la presencia española y tenían por costumbre incendiar las poblaciones, para convencer a los colonos de que no era tan buena idea permanecer en el lugar. Velasco sufrió en carne propia tal política: los indios incendiaron dos ciudades de las que él personalmente había fundado: Londres (en el actual territorio de la Provincia de Santiago del Estero) y la primera La Rioja (en otra localización diferente, más al norte de la actual, destruida en 1588). 

En 1591, Velasco funda por segunda vez la Villa de Todos los Santos de la Nueva Rioja, actual La Rioja, convirtiéndola en foco de progreso y desarrollo para toda la región.

La principal responsabilidad de los gobernadores españoles era, en aquella época, garantizar el establecimiento de poblaciones permanentes y, por cierto, la seguridad de los colonos. Tardó Velasco en este proceso fundacional más de siete años. Cuando las hostilidades indígenas cesaron, Juan Ramírez dejó la zona, nombrando a Juan Ponce en su lugar.

En 1592 funda Velasco la Villa de Nueva Madrid (abandonada más tarde) y San Salvador de Jujuy al año siguiente, actual capital de la Provincia más septentrional de la Argentina, Jujuy, en el límite con la República de Bolivia. En marzo de 1593 es nombrado gobernador del Paraguay, y debe dejar el gobierno de Tucumán a Fernando de Zárate. Más tarde abandona el norte para venir a Buenos Aires, ya que había recibido de la Corte el nombramiento como Capitán General y Gobernador del Río de la Plata.

Harto de la lucha y las privaciones, deja al argentino criollo Hernando Arias de Saavedra (conocido en la Argentina como Hernandarias) a cargo de Buenos Aires y la Gobernación, y se autoexilia voluntariamente en Santa Fe, donde fallecerá en 1597.

La gestión de Velasco en el actual territorio argentino se caracterizó por su bondad, su furiosa voluntad de fundar ciudades y su enorme visión de progreso: gracias a él España se hizo firme en el gobierno de esas dilatadas geografías. Introdujo Velasco, además, por primera vez, el ganado vacuno y lanar, propugnó la fundación de grandes establecimientos agrícologanaderos (“estancias”), pacificó a los indios casi sin derramamiento de sangre y alentó la inmigración de familias españolas enteras, cuyos descendientes aún viven en la zona (Ponce, Herrera, Velasco, etc.).

Velasco tiene en Buenos Aires calles (en el barrio de Villa Crespo) y plazas, y se conserva en la ciudad de La Rioja el sitio original de su segunda fundación. El principal sistema orográfico de la Provincia también lleva el nombre del fundador (“Sierra de Velasco”) y contiene, además de la capital, varios Parques Provinciales, de los cuales el más famoso es el de la Quebrada de Talampaya, con importantes sitios arqueológicos (petroglifos), paleontológicos (dinosaurios, del mismo tipo de los del vecino valle sanjuanino de Ischigualasto) y otros.

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