Iglesia Nuestra Señora de la Merced

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Cuentan las crónicas de la historia religiosa de Salta que en 1602 unos veinte años después de fundada la ciudad, el Padre Comendador de los Mercedarios, Fray Antonio de Escobar, recorría estas tierras solicitando donaciones para la fundación de la orden. Es así como poco años después se erigió un convento en la calle (hoy) 20 de febrero.

Después de la Independencia, se alejaron poco a poco los padres y la Iglesia que sirvió de parroquia fue atendida por los padres Redentoristas, lamentablemente, en lugar de ser conservado, el templo fue destruido a comienzos de siglo. En el edificio funcionó primero un colegio particular de sacerdotes llamado San José, luego fue Colegio Nacional y actualmente Escuela Zorrilla.

Pero los salteños amantes de la Virgen de las Mercedes adquirieron un terreno sobre la calle Caseros y en 1907 se empezó a construir el actual templo el cual fue terminado en 1914 e inaugurado con la bendición de Monseñor Piedrabuena.

En los claustros del Convento de la orden de los mercedarios en Salta, construida a fines del Siglo XVII, se estableció el actual edificio -1913- sede de la Parroquia.

                La demolición de la iglesia anterior causó la dispersión de sus imágenes, hallándose algunas de ellas en los museos.

                La nueva obra del actual templo está realizada dentro de una propuesta neogótica imita el estilo gótico. Si bien, en la Edad Media este estilo se construía con sillerías de piedra, en esta iglesia el material empleado es argamasa, ladrillo y hierro. Su modelo correspondería al gótico desarrollado en el Siglo XIII.

Antigua Iglesia de La Merced

                La pureza de sus líneas es perfecta, manteniendo en su interior las adecuadas proporciones ascendentes del espacio, como también la esbeltez de los elementos estructurales.

                A comienzos del Siglo XX los hijos de Salta solicitaron al Obispo, Monseñor Matías Linares y Sanzetenea, la construcción de un templo dedicado a nuestra Señora de Las Mercedes.

                Al efecto se adquirió un lote de propiedad de doña Vicenta Arias de Aranda, ubicado sobre la actual calle Caseros.

                El precio pactado no incluía los vitraux cuya adquisición quedaría a cargo de la Iglesia habiendo sido encargados los mismos a Alemania.

                El proyecto pretendía que el edificio se convirtiera en un verdadero símbolo de prestigio dentro del núcleo urbano, tanto por el empleo de algunos de los aspectos técnicos propios del estilo adoptado, como por su decoración que aunque modesta y no pretenciosa, reflejaba sobriedad y elegancia.

                ‘La característica principal del estilo gótico es la ascencionalidad, reflejo de una originalidad religiosa, como resultado de una nueva relación  más humana entre la divinidad y las criaturas’.

                La piedra fundamental fue colocada el 8 de setiembre de 1.910 a cargo del Obispo Matías Linares y Sanzetenea.  El Santuario  fue habilitado el 9 de setiembre d e1914 y bendecido por Monseñor Bernabé Piedrabuena, obispo de Catamarca.

                La iglesia, como ya se dijo, de estilo neogótico de formas simples, con ornamentos limitados a su mínima expresión, se construyó en un plano retirado y paralelo a la línea municipal a todo el ancho de la misma, creando especialmente por delante de ella, un angosto atrio entre el cerco de piedras talladas con rejas, hasta la escalinata de acceso, situación que aunque ventajosa tanto para la evacuación como para la realización de diversos actos cívicos o religiosos, no permite apreciar en todo su magnitud las fachadas y volumetría general del edificio, encontrándose además cercado en los costados por dos locales de menor altura en los que funcionan la secretaria parroquial y el aula de Catequesis con la Delegación local de Caritas Arquidiocesana.

                La planta desarrollada a un nivel más alto que el atrio por lo que se jerarquiza  el conjunto y los accesos, responde a un diseño de cruz latina, en cuyas alas, perpendiculares al eje central confluyen los corredores laterales.

                La nave principal incluida el área del altar mayor posee una longitud total de 48,10 por 8,40 metros de ancho entre columnas enfrentadas; el largo total de la nave perpendicular a la central, es de 22,05 metros.

                El ingreso principal al templo se realiza a través de dos puertas separadas entre sí, por un parante de forma tal que el acceso de las personas al templo no se encuentra perfectamente centrado con respecto a la nave principal.

Los vitrales

                Conjunto de cristales de color de los aventanamientos de las naves laterales guardan siempre directa relación con distintos pasajes de la vida de Jesús. En la crujía oeste, de norte a sur las siguientes inscripciones:

                “Bienaventurados los pobres en el espíritu porque de ellos es el reino de los cielos”

                “Si tocara solamente su vestidura estaré sano”

                “Dad pues lo que es del César  al César y lo que es de Dios a Dios”

                “Yo soy el buen Pastor. Jesús carga sobre sus hombros y espaldas a una oveja, está rodeado por un rebaño de ellas”.

                “Joven, yo te digo levántate”.

                Mientras que, en el ala Este, desde el frente hacia el crucero y en forma ordenada presentan a Jesús en su entrada triunfal a Jerusalén en:

                “Domingo de Ramos”.  Luego siguen: “Fallecimiento de San José”, “Familia de Nazareth rezando y trabajando” y finalmente la representación del secado de los pies de Jesús con los cabellos de María “Tus pecados te son perdonados”.

                Asimismo, hacia los costados del altar mayor los vitrales describen a María siendo coronada como Reina del Cielo y a la Aparición de  la Virgen de Las Mercedes a Pedro Nolasco, Jaime I y Raimundo de Peñafort, mientras que en  la parte superior,  domina el centro la Crucifixión de Nuestro Señor Jesucristo en el madero Santo de la Cruz rodeado por su madre, el apóstol Juan y María Magdalena, flanqueado por el Nacimiento del Redentor en el Portal de Belén  a su izquierda, y con la Venida de Pentecostés sobre María y el Colegio Apostólico.

                Posee cuatro puertas de abrir con seis hojas  en total. Cada una de ellas tiene en la parte superior importantes vitrauxs con  egregias figuras, como así también esculturas en sobre relieve: “Cáliz con hostia”, “Sagrado Corazón atravesado por espada y rodeado por corona de espinas con la cruz como fondo”, “La santa cruz con lienzo que une los brazos y por encima de ella una paloma trayendo en su pico una rama de olivo”, “Cáliz con racimo de uvas por arriba y a los costados espigas con granos de trigo”, “Repite en la puerta que se enfrenta a la primera, el Cáliz con la Hostia, que representa la Santa Eucaristía”.

                Corona el techo las siglas de la Virgen María rodeada de cuatro cabezas de ángeles con alas. El cubículo que se encuentra a la fecha en perfecto estado de conservación fue construido por la firma Paltrinieri y Martín, Escultura y Carpintería a vapor,  como asimismo los bancos y reclinatorios, siendo una donación del señor Manuel Sosa el 23 de octubre de 1.915.

Los solados

                En todas las naves se utilizaron mosaicos calcáreos cementicios policromados, de 20 cm de lado, de colores ámbar, verde seco o musgo y negro. Todas las solías umbrales y escalones en general son de mármol color blanco de carrara. Fueron realizadas en la fábrica La Moderna de Salta, de propiedad de Pascual Canterini.
               
Los altares

                Altar mayor: fabricado en Austria por Christian Mahlknecht, escultor y constructor de altares, aunque algunos fieles dice que fue importado de Alemania. Más de 80 lámparas iluminan y destacan las formas arquitectónicas y las imágenes.

                Ocupa el sitial principal la imagen de Nuestra Señora de las Mercedes con el niño Dios en brazos

                Altar de la Purísima: Ubicado en la nave izquierda, donado por doña Elisea Ortiz de Patrón Costas, se encuentra la imagen de Nuestra Sra. De Lourdes, coronada por una aureola que lleva inscripta la frase Yo soy la  Inmaculada Concepción”, la cual fue construida en una reconocida carpintería del Ingenio San Martín de El Tabacal.

                Altar al Sagrado Corazón de Jesús: en el extremo del crucero este se ubica en su parte central  la imagen del  Sagrado Corazón de Jesús, a su izquierda el Corazón de María  y a la derecha Santa Margarita María de Alacoq, principal difusora de la devoción al Sacratísimo Corazón de Jesús.

                Altar de la Dolorosa: Ubicada al lado del acceso de la nave Este, se encuentra una pequeña Capilla en honor a la Virgen de los Dolores. Reproduce el inmenso dolor de la madre de Dios ante la Pasión de su Hijo.

                La efigie se encuentra ataviada con lujoso vestuario de terciopelo rojo con bordados de hilos de oro, que fueron donados por la señora Adela Altamirano y familia en el año 2.002.

                Asimismo en este lugar se guarda  una urna especial o camarín de la antigua imagen de la Virgen, la que veneraban frailes y el pueblo desde los primero s tiempos y la que actualmente es paseada por las calles de la parroquia en procesión anual, acompañada de autoridades eclesiásticas, civiles, militares, educacionales, devotos y fieles en general.

                Altar a la Cruz de la Batalla de Salta: Ubicada sobre la nave derecha antes de llegar al crucero, conmemorativa a la Batalla de Salta, que hiciera levantar el general Belgrano, después de la acción en donde se lee: “A los vencedores y Vencidos en Salta en 20 de Feb  D 1813”

                La misma fue confeccionada en maderas duras de la zona, se encuentra a resguardo en una urna hermética, mandada a construir en Alemania y costeada por la Asociación de Damas y Caballeros descendientes de los próceres salteños  de la Independencia Nacional.

Fuente: Carlos A. Ferrari - Esquiú Storni
               

En la Iglesia de la Merced se encuentra la histórica cruz de la Batalla de Salta

Una Cruz, Una Historia

uego de enterrar a los héroes del 20 de febrero de 1813, el General Manuel Belgrano colocó una humilde cruz de madera en la fosa común de los guerreros. El Gobernador Feliciano Antonio Chiclana la reemplazó, a pedido del mismo Belgrano, por otra cruz pintada de verde, con la leyenda cristiana ``A los Vencedores y Vencidos''. Este símbolo fue sintiendo el paso del tiempo sobre sus maderos, hasta que el Gobernador Pablo Latorre ordenó su restauración en 1834 y su posterior colocación sobre una base de ladrillo, en el sitio ocupado anteriormente. La cruz sirvió de centinela a las cenizas de los caídos por más de 60 años y carcomida por la intemperie y al tiempo cayó al suelo partida en dos.

El campo memorable era, desde hacía tiempo, lugar de paseo de los seminaristas, se podían desenterrar balas de plomo redondas, de los viejos fusiles que sirvieron para las campañas de la independencia. Un día los niños del Seminario, rescataron la vieja cruz en el momento en que un campesino se disponía a acharla para leña. Se encontraba carcomida en la base y servía de alojamiento a las lechuzas.

El Monseñor Piedrabuena, Rector del Seminario, la entregó al gobierno. En mayo de 1899, la Comisión Pro - monumento 20 de febrero restauró la cruz, depositando los maderos en un estuche de hierro con vista de cristal. Este trabajo fue realizado en Buenos Aires por los Señores Bellagamba y Rossi.

Luego de su restauración fue colocada en el atrio de la Catedral en una ceremonia patriótica - religiosa. Estuvo mucho tiempo en este lugar hasta que fue llevada a la Iglesia de la Merced, donde se encuentra actualmente.

En cuenta de la vieja cruz, se instaló un simil de hierro en el lugar original.

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