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Grandes Personalidades de Salta

Padre José Lally , S.J.

“…siempre en la presencia de Dios.”

El Padre José Eduardo Lally, de la Compañía de Jesús, nació en Superior, Wisconsin, Estados Unidos el 12/02/1924. Sus padres le brindaron una educación cristiana formándolo en el amor a Dios y a sus hermanos. En un hogar donde había nueve niños para alimentar, y en una época en la cual conseguir y mantener el trabajo no era fácil, con sus hermanos mayores debió colaborar realizando oficios diversos, mientras continuaban sus estudios. Al estallar la segunda guerra mundial fue convocado para participar como navegante de vuelo, después de haber realizado un curso de navegación aérea. Allí tuvo oportunidad de practicar varios deportes destacándose en boxeo y ganando varios torneos en los que se consagró vencedor. Al finalizar, la guerra, ingresó a la universidad, graduándose como ingeniero químico, hasta que por fin descubrió su verdadera vocación, ingresando al noviciado jesuita de Saint Louis el 17 de agosto de 1950. Doce años más tarde el 12 de junio de 1962 era ordenado sacerdote. Al año siguiente llegó a Argentina radicándose en la provincia de Salta, departamento de Anta, donde no dejó caminos ni senderos sin recorrer en su entusiasmo misionero. Su dificultad para el idioma, no le impedía conquistar almas para Cristo, restando horas al descanso para dedicarse a la oración. Una afección cardíaca lo trajo a la Capital salteña en 1975; cumpliendo funciones en la curia local hasta que fue puesto al frente de la Iglesia San José Obrero por entonces Arzobispo, Monseñor Carlos Mariano Pérez

Siempre atento a las necesidades de los vecinos, a quienes acompañaba de cerca con su calidez habitual, compadecido de sus sufrimientos y asumiéndolos como propios, fue ganando el cariño de todos. En el año 1982 comenzó a funcionar el Comedor Infantil de la parroquia.

Su retorno a la Casa del Padre se produjo luego de una operación quirúrgica realizada de urgencia cuando en medio de intensos dolores repetía “Gracias Jesús…gracias Jesús”. Era el 7 de octubre de 1987, en la conmemoración de Ntra. Señora del Rosario, patrona de la Iglesia de Apolinario Saravia donde el trabajó. Entonces comenzó una nueva labor desde el Cielo donde continúa guiándonos con amor y nos conforta para llevar la Cruz hasta su término: hasta la gloriosa resurrección.

 

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