Historia de Salta

Cnel. JORGE ENRIQUE VIDT

 

por Raúl P. Sosa

l apellido de este guerrero debió ser originariamente Widt. Su biógrafo el Capitán de Fragata ® don Jacinto R. Yaben, así lo escribe y da como lugar de su nacimiento Estrasburgo, en Francia, provincia de Alsacia. Allí vio la luz el 2 de agosto de 1772.

Como oficial de Napoleón, sirve en sus ejércitos hasta que el genial corso cae definitivamente vencido en la célebre batalla de Waterloo, en 1815.

Jorge Enrique Vidt emigró después a los Estados Unidos de América pasando más tarde a Buenos Aires. Yaben dice que fue dado de alta, el 6 de agosto de 1817 como Capitán de la 2º Compañía del IV Escuadrón de Dragones de la Nación y que, como dicho cuerpo perteneció al Ejército Auxiliar del Alto Perú, que mandaba el general Belgrano perteneció al mismo por espacio de tres años.

Cuando ese ejército acantonado en Tucumán tuvo que marchar al sur por orden del Directorio para combatir a las montoneras de Santa Fe se produjo la sublevación de Arequito, el 8 de enero de 1820, siendo uno de sus jefes el coronel Juan Bautista Bustos, quien en el mes de marzo se hace elegir gobernador de Córdoba.

Bustos tenía por jefe de estado mayor al coronel Alejandro Heredia, el que fue comisionado para partir hacia el norte, al frente de los Dragones y Husares, temiendo una nueva invasión a Salta, pero en vista del conflicto suscitado entre Güemes y el gobernador de Tucumán coronel Bernabé Araoz, que había proclamado su República y negaba al paso a los auxilios enviados por Santiago del Estero para la expedición concertada entre el Libertador San Martín y el general Güemes, Heredia que era tucumano y aspiraba a la gobernación de su provincia regresó a ella.

Vidt, entonces, queda como jefe de estado mayor de Güemes, siendo ascendido por éste a teniente coronel y colaborando muy eficazmente en las célebres guerrillas.

Conocida es la destitución que los enemigos de Güemes con mayoría en el Cabildo, le decretaron en mayo de 1821 hallándose ausente a causa de la lucha armada con el gobernador Aráoz, de Tucumán y asimismo, la victoria sobre esos enconados opositores, al obtener con la sola acción de su presencia, en Castañares, que las fuerzas reclutadas para combatirlo se le pasaran al grito de ¡viva Güemes!

Pero el odio que algunos abrigaban contra el popular caudillo facilitó la venida sorpresiva del teniente coronel realista José María Valdez, conocido con el apodo de ‘Barbarucho’, adueñándose del centro de la ciudad de Salta, en donde se encontraba Güemes la noche del 7 de junio de ese fatídico año 1821, quien al verse cercado decide abrirse paso atropellando con su brioso caballo a dos líneas de infantes enemigos que le cerraban la actual calle Balcarce, recibiendo en la intersección con el tagarete de Tineo, ahora avenida Belgrano, aquel disparo hecho en la oscuridad que le ocasionaría la muerte diez días después.

Los invasores posesionados de la ciudad de Salta, trataron de parlamentar con Güemes enviándole un emisario y un  médico. El héroe moribundo hizo llamar a Vidt y le ordeno: ‘Que marchara inmediatamente con sus fuerzas a poner sitio a la capital, haciéndole jurar, sobre el pomo de su espada, que continuaría la campaña hasta que en el suelo de la patria no hubiera ya argentios o no hubiera ya conquistadores’, Y dirigiéndose al emisario de Olañeta le dijo ‘que agradecía los ofrecimientos de su general sin aceptarlos y lo despacho’.

Vidt, después de acompañar a Güemes hasta que expiró el 17 de junio de 1.821, y de tomar todas las disposiciones para dejar sus venerables restos, al dia siguiente, en la capilla ‘El Chamical’, convocó a las partidas próximas y fue a establecer el sitio de la ciudad, ocupando los dos ‘portezuelos’, avanzando hasta el puente de San Bernardo sobre el zanjón del este, en prolongación de la calle que se llamaría Alvarado.

No obstante tener el general Olañeta unos dos mil hombres armados y el apoyo de muchos vecinos realistas que habían cobrado ánimo con la muerte de Gümes, el 26 de julio –a poco más de un mes de su arribo a esta plaza- se vio en la necesidad de retirarse hacia el Alto Perú, tenazmente hostilizado  por los gauchos salteños y jujeños, bajo el comando de Vidt.

Aunque es de justicia recordar que los enemigos internos de Güemes, a raíz de la invasión del Barbarucho y la posterior muerte del prócer, con influencia en la situación local, concertaron un armisticio relativamente favorable, con Olañeta, no puede negarse que Vidt tuvo el mérito de rechazar a los realistas, los cuales ‘no volvieron más a hollar con su planta el sueño de las Provincias Unidas del Río de la Plata, cuya soberanía e integridad territorial quedó asegurada para siempre y sellada con la sangre del invicto Güemes’ (Yaben ‘Biografías Argentinas y Sudamericanas’, Tomo V).

En el mismo mes de mayo de 1.821, precursor del martirio de Güemes, se lo reconoció a Vidt como coronel efectivo del Ejército, sin que le entendieran los despachos ‘en atención a las agitadas circunstancias de aquellos días’.

El coronel José Ignacio Gorriti, siendo gobernador de Salta, confirmó con fecha 24 de noviembre de ese mismo año, aquel ascenso de Vidt, que sigue prestando servicio hasta el 14 de febrero de 1.824, cuando se ausenta de la provincia de Salta, para no volver por hallarse complicado en su complot que debió estallar ese día, en contra del gobernador general Arenales.

José María Paz, el insigne táctico, en sus ‘Memorias Póstumas’ –quien conoció a Vidt por haber pertenecido al mismo regimiento de Dragones de la Nación- refiere que el alsaciano ‘rechazó seductoras propuestas del general Olañeta, correspondiendo íntegramente a la confianza que había depositado en él el inmortal Güemes’.

El historiador Jacinto Yaben del que tomamos esta cita, termina su interesante biografía con la siguiente frase: ‘El coronel Vidt, se hallaba radicado en Estrasburgo en 1.866’, lo que nos hace pensar que en esa su ciudad natal y teniendo en cuenta su muy avanzada edad, es lógico suponer que allí terminaron sus días.

Confirmado aquella fecha, en el documentado libro ¨’Güemes’ del académico Dr. Atilio Cornejo, se reproduce la carta escrita en francés, con fecha 8 de abril de 1866, y dirigida el general Dionisio Puch. En ella Vidt describe lo que pasó en aquél aciago 7 de junio de 1821, cuando Güemes tuvo la ‘fatal idea de ir durante la noche, escoltado por algunos hombres de caballería a la ciudad a objeto de tomar allí, personalmente, algunas disposiciones’; y sigue el autor de la carta describiendo lo que le ocurrió al general Güemes hasta recibir ‘un balazo que algunos días después lo llevó a la tumba’.

El mismo doctor Cornejo, menciona el conmovedor relato que hace de la llegada de los restos de Güemes a la primera Catedral de Salta en 1.823, doña Juana Manuela Gorriti hija del general que desde el gobierno decretó grandes honras póstumas a su amigo y jefe, el general Martín Miguel de Güemes: ‘Todavía recuerdo –dice la notable escritora- el magnifico espectáculo de aquel cortejo fúnebre que vi atravesar las calles de Salta, conducido por mi padre y por Vidt, que vestidos de luto y la cabeza descubierta, llevaban con una mano las cintas de ataúd y con la otra a dos niños, Martín y Luis Güemes, que acompañaban llorando el féretro de su padre’.

Termino esta sencilla nota biográfica recordando que una calle de la ciudad de Salta y otra, bastante céntrica en la Capital Federal, llevan los nombres de Coronel Vidt, la primera y simplemente, Vidt, esta última.

 

Noviembre de 1.967

           

 

 

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