El duende

 

     Es una de las creencias populares más significativas de Campo Santo y que trasciende en todo el noroeste argentino. Esta figura mística esta representada por una “Guagua” o un niño travieso y juguetón que se presenta de noche o de día.

     Son muchos los relatos que suelen escucharse de “El Duende”, se trataría de un niño que murió sin recibir el sacramento del bautismo, muchas veces se lo identifica desnudo, de baja estatura, cubierto por un enorme sombrero y que tiene una mano de lana y la otra de hierro, que castiga preguntando: “con cuál mano desea ser golpeado” y que de todos modos golpea a su víctima.

     Es común también los relatos de la aparición del “Duende” cuando una niño todavía no recibió el bautismo, o también aparece en los lugares muy frecuentados por los niños y que en muchos casos juega con ellos.

     En las noches juega en los techos, hace rodar pequeñas piedras, bolillas y hasta se lo confunde con llantos de un bebe.

     En nuestro pueblo se lo relaciona con las coposas plantas de higueras, que en horas de las siestas ofrece a los niños juguetes y largas horas de juego.

     Su aparición produce en las personas miedo y malestares de muchos tipos ocasionando los místicos “sustos” que además de ser una molestia general en la persona necesita ser “curada” por un “curandero” que en forma de “secreto” despoja dicho malestar a la persona.

     Dice la tradición que para correrlos es necesario tener un rosario en mano o también un lazo o rebenque y simulando enojo contra él desaparece y deja de molestar. También se lo espanta arrojando inmundicia fecal ya que percibe un delicado olfato y desaparece instantáneamente; o a viva voz realizar insultos contra él.

 

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