Hoja Primera

 

La hoja de poesía  resQUICIOS se edita mensualmente en Salta Capital, República Argentina y pretende ofrecer un espacio, respetuoso y ajeno a consideraciones de índole ideológica, estética, de grupos, etc., para la publicación y difusión de los que escriben poesía en esta ciudad y en otras latitudes.

Es interesante recordar que “resquicio”, según el diccionario, es una hendedura, una  abertura pequeña , la que hay entre el quicio y la puerta, y es también la ocasión que se encuentra para conseguir un fin.  Esto alude a los deseos que presiden este proyecto.

resQUICIOS empezó a circular el 22 de diciembre de 2002  y las responsables de su edición son Raquel Adet, Ana de Anquín, Elisa Moyano y Mercedes Saravia, escritoras que se reúnen bajo el sello editorial  de La musa malsana, recordando aquella “ muse malade”del poema de Baudelaire... Cuenta con la colaboración de otros escritores, como así también  de artistas plásticos que ilustran cada una de las portadas, y de amigos que la difunden  mano a mano por los más diversos lugares.

La distribución de la hoja impresa se hace los días domingos en la Feria de Artesanos de la Calle Balcarce, que es un ámbito de la ciudad con una gran circulación de gente. A cambio de la hoja se solicita una contribución voluntaria en ropa, alimentos, libros, etc., para colaborar con instituciones del medio como hogares, comedores comunitarios, y otros. También se distribuye por correo y por internet.

Hoja Nº 1

Hoja Nº 2

Hoja Nº 3

Hoja Nº 4

Hoja Nº 5

Hoja Nº 6

Hoja Nº 7

Hoja Nº 8

Hoja Nº 9

Hoja Nº 10

Hoja Nº 11

Hoja Nº 12

Hoja Nº 13

Palabras de Introducción

Porque sentimos que somos de todos, como un aroma, que tenemos las manos y la cabellera al viento, que nuestra huella se afianza en las veredas que todos transitan.

            Nos buscamos en la soledad, alentados de esperanzas, con ojos de libertad, esta libertad que está en los demás, que es como el agua, el manantial alivio que viene de todos y si nos falta, la sed se hace sentir tanto, hasta poder secarnos.

            El rumbo de nuestros versos late en nuestra voz y la de todos y nuestra razón no desea seres solitarios. Son de veras solitarios los que no pueden oir, soñar. Quiero decir, hablar.

            Con la palabra somos, para eso, una y tantas voces que piden puertas y caminos para estas ansias de seguir, vivos y latentes.

            Los que dejan su canto, sus poemas, nunca se van del todo.

            Somos una, uno, con la palabra, así sabemos cuando es tiempo de estar, quedarnos. Irnos y volver.

            Somos de todos, aunque no haya nadie más. Tantas veces la poesía es una proeza estéril y no nos importa.

            Somos nuestra propia carnada que ansía una multiplicación de peces. Y de panes, porque existe el hambre.Demasiado existe.

            Brindemos entonces aunque falte el vino y nos embriaguemos con este invisible y añejo licor, celosamente guardado para ustedes, en el tiempo de vivir sin cerrar los ojos.

Antes que el vino, la sangre tuvo su exacto color. Y estamos aquí, siempre a punto de ahogarnos.

            Más allá del Universo, donde seguro existe lo imposible, estará el benigno consuelo al desgarrado oficio de escribir. Sabemos de ausencias. Sabemos que realmente existe una más larga. Por eso venimos antes que ella  con nuestros poemas... Dejen por favor la puerta abierta.     .

            Y hablemos. Dice el poeta  “que no se quede callado quien quiera vivir feliz. La dicha de la palabra sea promesa y camino llano.

            No hace falta decir nada más. Sólo oir... Por si lo exige la noche, la fría madrugada o el corazón, el propio corazón.

Que el fuego de la mansa leña, aunque débil, si ustedes lo encienden sea nuestra primera claridad. Por eso, gracias. Muchas gracias, y que estas palabras, dichas para ustedes permanezcan, como una nube en el aire, una morada. Un corazón abierto.

                                                                      

GRACIELA GONTA

Salta, 23 de febrero de 2003

 

 

Responsable de resQUICIOS: Mercedes Saravia

Colaboración: Teresa Leonardi y Ana de Anquín. 

Mail: [email protected]

 

 

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