Por Diego Cornejo Castellanos 
        “Mi mérito es relativo porque mi   carácter se forjó en las enseñanzas de mi hogar provinciano y se inspiró en el   ejemplo de mis mayores y en la abnegada dirección espiritual de mi madre, guiada   por los preceptos de nuestra Fe, que contiene el código moral más admirable que   haya conocido y practicado la humanidad”,.Con la transcripción de éste   párrafo, del discurso, que hubo de pronunciar el 3 de junio de 1943, con motivo   de proclamarse su candidatura para Presidente de la Nación, ya muestra algunos   rasgos espirituales que caracterizaron la personalidad del doctor Robustiano   Patrón Costas.
        Estos conceptos vertidos cuando se   aprestaba a alcanzar la más alta dignidad a que puede aspirar un político, luego   de un largo “cursus honorum”, que inició cuando contaba, con tan sólo 22 años de   edad, al ejercer el cargo Ministro de Hacienda de Salta, testimonian   tangiblemente, que en su corazón como en su memoria, estuvieron presente, su   hogar, el amor y el estímulo brindado por su madre viuda, como su apego a la   tierra que lo vió nacer.   
        
        Don Robustiano Germán Patrón Costas,   nació el 5 de agosto de 1878, en el seno del hogar constituido por don   Robustiano Patrón Escobar y doña Francisca Costas Figueroa.
        Tanto su padre Robustiano, como su tío   Domingo Antonio Patrón Escobar, contrajeron matrimonio con dos hermanas Costas   Figueroa, Robustiano con Francisca, y Domingo Antonio con Isabel, ambas quedaron   viudas en un intervalo de muy corto de tiempo, encontrándose en la plenitud de   su juventud.
        Robustiano y Domingo, conformaron la   sociedad “Patrón Hnos”, el primero, más allá de contar con una marcada   inclinación por el comercio, fue también un destacado latinista, egresado de la   Universidad de Córdoba.
        Ambos hermanos junto a  sus respectivas   familias, tenían como hogar y centro de sus actividades económicas a la casa que   aún hoy subsiste y es propiedad de la provincia, con reformas realizadas al sólo   efecto de su preservación, en la actualidad es un polo de atracción   turística, conocida bajo el nombre de Mercado Artesanal.
        Comercialmente la sociedad “Patrón   Hnos” se dedicó al desarrollo de su curtiembre, al igual que de un aserradero,   poseían además, un molino hidráulico, y diversas fincas.
        ¿Cómo era la Argentina, en la que   transcurrió sus primeros años y adolescencia, don Robustiano?, éste dato es   clave para entender cabalmente la formación, los ideales y la concepción de   vida, que tuvieron marcada influencia en la persona del doctor Patrón   Costas.Oportuno es destacar, que junto a su madre y hermanos, su familia decidió   radicarse transitoriamente en Buenos Aires, en 1883.
        Buenos Aires, se transformó en núcleo   al cual convergieron las más diversas  manifestaciones de nuestro país, aquella   “vieja aldea” se erigió en metrópolí, Patrón Costas, cursó sus estudios   primarios en el Colegio de Lacordaire, a cargo de la orden de los dominicos, sus   estudios secundarios, los desarrolló parte en Buenos Aires y los concluyó en   nuestra provincia, debido a que los negocios de la familia, no podían  ser   descuidados y además éstos iban acrecentándose de modo vertiginoso. Aquí podemos   inferir como surge el perfil empresario de Robustiano, desde aquella herencia,   de sus antepasados provenientes de Betanzos, España, que también le legó su   padre, y que desde muy joven procuró  incrementarla, en base al esfuerzo y   perseverancia, con audacia como pocos, poseyó el don de ser un   visionario.
        Don Robustiano, gradualmente formó su   temple y temperamento, y lo hizo en la medida en que concretaba cada proyecto   que iniciaba, he ahí, la prueba más perceptible de su afán de superación. La    Argentina de los 80, era una Nación, que emergía de largas décadas de luchas   intestinas y también se vió obligada a defenderse en múltiples ocasiones del   acecho de invasores extranjeros. 
        Aquellas conmociones, quedaron atrás,   como testigos fieles del coraje de sus habitantes; de ahora en más, los   argentinos se lanzarían a la conformación del país real, y para ello, contaba   con personalidades descollantes, todas ellas, dejaron su impronta en esta nueva   etapa del país. Acallados los enconos, surgieron figuras que interpretaron   fielmente los requerimientos de la hora, Urquiza, Mitre, Sarmiento, Avellaneda,   Roca, Pellegrini, entre los más recordados, ellos avizoraron con gran ímpetu, la   necesidad, de que la Argentina se consolidase como un país con porvenir,   forjaron en cada uno de sus períodos presidenciales, en el parlamento y ya desde   su retiro del escenario público,  la denominada  “generación del 80”.
        
         El Gobernador Patrón Coostas junto a su gabinete (Archivo Histórico de la Provincia de Salta) 
        Y estos hombres, como los que los   secundaron, profesaron un credo político caracterizado por un liberalismo, que   se expandía en todas la esferas del poder y la sociedad, tanto en la economía,   cuanto en la educación, en sus relaciones, por momentos tensas con la Iglesia   Católica, y esa concepción de país, tuvo marcados rasgos europeizantes, debido a   que en muchos de los países que conformaban el viejo continente, los argentinos   con acceso a la cultura, habían abrevado de sus pensadores e intelectuales más   relevantes, también los clásicos greco-latinos, fueron leídos con avidez por   aquella “elíte” gobernante.
        Este “orden conservador”, implementado   en nuestro país, produjo una marcada influencia en los jóvenes argentinos de la   época, Robustiano Patrón Costas, no sería la excepción, aunque a diferencia de   sus compañeros del puerto de Buenos Aires, como hombre del interior, que conocía   a la “Argentina invisible”, al decir de Mallea, él profesó su conservadorismo   desde sus primeros años, conforme a aquellas ancestrales virtudes, propias de su   tierra natal. 
        En 1895, al concluir su bachillerato   decide estudiar derecho en la Universidad de Buenos Aires, aquella Facultad,   contaba como profesores a juristas de la talla de Joaquín V. González,   Aristóbulo del Valle, Manuel Augusto Montes de Oca, el decano por entonces, fue   el doctor Manuel Obarrio; en 1900 obtiene su título de abogado, y al año   siguiente, a los veintidós años presenta su tesis bajo el título de:“La Hipoteca   Naval”, dedicada a su madre doña Francisca Costas de Patrón y a su hermano Juan,   por el apoyo moral y material que le brindaron a lo largo de su   carrera.
        Resulta anecdótico, que 25 años atrás   otro ilustre comprovinciano, el doctor Indalecio Gómez, presentara sus tesis   “Hipoteca marítima”, pero lo que resulta más singular aún, es que ambos eran   hombres nacidos entre las montañas.
        A su regreso a Salta, de la que pese a   la distancia, siempre se mantuvo en contacto, en el joven Robustiano emergió su   definida vocación por los asuntos públicos; por entonces gobernaba nuestra   provincia, don Angel Zerda, a quien diversos sectores políticos cuestionaban por   entender éstos, que su gestión, estaba siempre en connivencia con un grupo   determinado, en especial, compuesto por parientes y amigos. El senador nacional   don Pío Uriburu, como un gesto de colaboración con la gestión de Zerda, y con   ánimo dispuesto a descomprimir el malestar reinante, le dirigió una carta al   primer mandatario y le encomendó a Patrón Costas que se la entregue en mano,   desconociendo el portador de la misiva, el contenido de la misma.
        Don Pío Uriburu, percibiendo las   condiciones de Patrón Costas, en su carta le sugiere al gobernador, que integre   al joven de apenas 22 años como miembro de su elenco ministerial: “el mozo   es serio y reposado, siendo un muchacho. Tiene opinión entre los muchachos y   lleva él una suma de elementos importantes. Sale de entre las filas que se   presentan en oposición y Ud, los satisface y apacigua”.
        El gobernador don Angel Zerda,   decidió renovar parte de su gabinete y designó al flamante profesional, recién   arribado de Buenos Aires, como ministro de Hacienda, sería extenso reseñar la   labor cumplida por este novel abogado, al frente de dicho Ministerio. Basta   transcribir, párrafos del Mensaje del Gobernador de Salta  Don. Angel Zerda,   referidos al desempeño y realizaciones que se produjeron en el Ministerio de   Hacienda: “Convencido de que la acción del Ministerio de Hacienda para que   sea eficaz debía desvincularse de la política, he puesto todo mi empeño en   conseguirlo; por que estoy también convencido de que la mejor política son las   buenas finanzas y la gestión administrativa”, y luego acotó: “Los   resultados obtenidos plenamente satisfactorios, son La prueba más evidente de   las ventajas que para los intereses públicos entrañan las reglas de conducta que   mi gobierno se ha trazado en materia financiera.” 
        El malestar reinante en la política   lugareña, alcanzó tal punto, que se realizaron reuniones entre distintos grupos,   como una manera de hacer público su malestar por el manejo discrecional entre   miembros de determinadas familias, luego de su paso por el gabinete del   gobernador Angel Zerda, don Robustiano Patrón Costas se sumó junto a otras   fuerzas políticas y que decidieron conformar una nueva corriente a la que   designaron con el nombre de “Unión Popular”, los diarios de la época dan cuenta   de las tratativas por conjugar voluntades hacía un mismo objetivo. 
        Al respecto, afirma el historiador   Luque Colombres:“Alma y nervio de este ambicioso movimiento de opinión fue   el Doctor Robustiano Patrón Costas, quien encabezó la invitación juntamente con   una serie de ciudadanos de diversa extracción política, reunidos bajo una misma   bandera, con un mismo propósito de libertad, orden, y progreso. Baste decir que   a este movimiento popular se adhirió el propio Dr. Joaquín Castellanos, para no   mencionar sino al hombre más representativo del Partido   Radical”.
        En 1912, se convocó  a elecciones par   Gobernador de la Provincia, el flamante partido “Unión Provincial”, postuló como   candidato al doctor Robustiano Patrón Costas, mientras que la Unión Cívica   Radical, proclamó al doctor Joaquín Castellanos, quien desechó de plano tal   ofrecimiento. El gobierno nacional envió en calidad de comisionado, no de   Interventor, al doctor Horacio Rodríguez Larreta, con el objeto de verificar los   reclamos del radicalismo, previos a la elección, quienes solicitaron al poder   central una intervención federal, que les fue denegada.
        Contaba, tan sólo, con 35 años de edad,   cuando asume el gobierno de Salta, el flamante gobernador electo expresó:   “La Unión Provincial de Salta” ha demostrado ser un partido con capacidad para   el Gobierno porque quien en el ardor de la lucha sabe conservar la cultura y   elevación de su prédica, la moderación de sus procederes y el sometimiento   estricto a la ley, tiene que ser en el Gobierno garantía de orden, de respeto   por las opiniones y derechos ajenos y guardián de las libertades políticas bajo   cuyo amparo ha obtenido un legítimo triunfo” .
        
        Néstor, Robustiano y Luis Patrón Costas junto a grupo de amigos 1937 (Archivo Histórico de la Provincia de Salta)
        A su gabinete de ministros lo   constituyó con gente joven, en el Ministerio de Gobierno lo secundó el doctor   Francisco M.Uriburu, de 30 años, y de Hacienda, el doctor Macedonio Aranda,   cercano en edad con el anterior; al doctor Uriburu, a quien reemplazó en 1914,   por el doctor Julio Cornejo, de 40 años de edad.
        La acción de gobierno del doctor Patrón   Costas, tuvo características muy singulares, en razón de la crisis general que   tuvo que soportar nuestro país por aquellos días, debió reducir todo presupuesto   en materia de obras y gastos. Pese dichas limitaciones, durante su gestión, se   efectuaron obras como la construcción de canales desde el río Mojotoro, trabajos   del Ferrocarril de Pichanal a Orán, de Talapampa a Rodeo de las Latas, para su   consecución se solicitó ayuda financiera al gobierno central, se elaboraron   leyes de protección a la vitivinicultura, proyectos de reformas a la   Constitución Provincial y el régimen municipal.
        Inauguró obras para dotar de agua   corriente a localidades como Rosario de Lerma, Cerrillos, La Merced, Güemes, y   Metán. En febrero de 1915, tomó posesión del Obispado de Salta, Monseñor José   Gregorio Romero, quien sucedió a Monseñor Matías Linares y Sanzetenea. En   materia legislativa merece consignarse leyes y decretos dictados a lo largo del   período, 1913- 1916, declarando de utilidad pública al Parque 20 de Febrero,   estudios de irrigación en la margen derecha del río Arias, impuesto a la   transmisión gratuita de bienes, construcción y conservación de puentes y   caminos, impuesto al consumo de alcohol, subvención a los cargadores de   productos en los Departamentos de Cafayate y San Carlos. Se aprobó el programa   de examen presentado por el Tribunal de Contadores, integrado Dn. Florentino   M.Serrey, 
        Dn. Rafael Figueroa, y Dn. Juan   Velarde.
        A modo de síntesis, podemos concluir   que la gestión del gobernador Robustiano Patrón Costas, se caracterizó como un   gobierno con carencias económicas, en donde predominó el orden político y   equilibrio financiero. Digno es consignar, que Patrón Costas, fue el primer   magistrado, que ejerció la gobernación de Salta, tras la sanción de la Ley Sáenz   Peña, cuyo artífice fue el doctor Indalecio Gómez, una de las personalidades más   destacadas de la salteñidad, guerrero, jurista de nota, diplomático y hombre   versado en las más variadas materias del conocimiento. Al concluir su mandato,   el doctor Patrón Costas afirmó: “Nadie podrá decir, ni aún mis más   encarnizados adversarios, que haya recibido ataques ni agravios en sus   derechos”.  
        Ya mencioné que uno de los rasgos que   caracterizaron al doctor Patrón Costas, desde sus primeras incursiones en la   vida pública, fue el de proponerse unir a corrientes políticas afines; y tan es   así que en 1914, junto a los doctores Lisandro de La Torre, y con su   comprovinciano el doctor Carlos Ibarguren, y simpatizantes de otras provincias,   fundaron el Partido Demócrata Progresista. Fruto de esa convergencia de partidos   locales, es que accede a la gobernación de Salta, su sucesor el doctor Abraham   Cornejo, según apuntó el doctor Luque Colombres, “Si se examina el   resultado de los comicios se puede comprobar que la Unión provincial, hoy   adherida al Partido Demócrata Progresista, ha mejorado constantemente su   situación, robusteciendo sus fuerzas y su organismo. Este hecho debe   considerarse altamente auspicioso para él como para el Gobierno, cuya acción   política y administrativa apoya”.   
        En una de las cartas, que   intercambiaron De la Torre y Patrón Costas, de fecha 4 marzo de 1916, el   caudillo rosarino expresó a Patrón Costas “Fue usted precisamente, y por   fortuna, quien me invitó a concurrir a la formación del Partido Demócrata   Progresista, de manera que a usted le consta que entré a él sin repudiar mi   pasado y sin aceptar compromisos de ninguna clase que me pudieran obligar un día   a someterme a situaciones contradictorias con mi concepto de la política y del   gobierno”.
        En febrero de 1916, fueron electos   senadores nacionales los doctores Luis Linares y Robustiano Patrón Costas, para   el período 1916-1925.Y en julio de 1916, el Congreso proclamó como Presidente de   la Nación, al caudillo radical, don Hipólito Irigoyen y como Vicepresidente de   la Nación Argentina, a don Pelagio Luna. Se desempeñó como legislador tanto   provincial como nacional a lo largo de varios períodos en esta última función,   llegó ocupar la Vicepresidencia del Senado, y también en 1942, durante 32 días,   fue Presidente interino de la Nación, con motivo de un viaje del presidente   doctor Ramón S. Castillo.
        El parlamentario salteño, que más   acompañó al doctor Patrón Costas, fue el doctor Carlos Serrey, jurista de   reconocida trayectoria, poseedor de una gran erudición, al mismo tiempo fue el   que promovió importantes proyectos de carácter legislativo, muchos de los cuales   firmaron juntos, en más de una ocasión.  El doctor Serrey con motivo de un   agasajo ofrecido a su compañero de banca y militancia política lo evocó con   realismo: “Ligado al Dr. Patrón Costas por una cordial amistad, jamás   interrumpida; compañero de tareas que hemos desarrollado una acción común;   vinculado por una conducta uniforme, que ha obedecido a idénticas inspiraciones   y a la orientación de los mismos principios éticos, creo que aquella amistad y   compañerismo, quitarán imparcialidad a mis palabras. Pero, tratándose del leader   del partido, que ha sabido presidir con singular destreza varios años, cabía   necesariamente al presidente del comité, la honra de exponer el pensamiento   común. Además, esa misma estrecha vinculación me ha permitido conocer mejor que   nadie, la fuerza de su voluntad, su capacidad de acción y los quilates de un   espíritu verdaderamente superior”.
        
        Vista aerea del Ingenio  (Álbum del Ingenio 1946) 
        Patrón Costas, más que parlamentario,   fue temperamento e inclinación natural un eficaz contemporizador, que se propuso   desde joven aunar fuerzas, ya sean políticas, sociales, económicas o culturales,   y no escatimó en utilizar todas sus energías al momento de hacer primar sus   ideas, ya sea influyendo sobre personas o grupos, cuando  las circunstancias así   lo requirieron. Si bien gustaba del diálogo, prefirió que conversación abordarse   de lleno los asuntos a tratar, sereno a la hora de emitir juicios, contó con   reflejos rápidos, como negociador, en suma, fue un pragmático en cada uno de sus   actos. Jamás fue afecto a la exposición pública, y no se conoce que haya   aceptado entrevistas periodísticas, hizo del silencio, un arte, y éste fue el   que contribuyó en grado sumo, para que pudiera alcanzar muchos de sus objetivos   o posiciones políticas expectables y también empresarias. 
        Tuvo un innato sentido del orden y las   jerarquías, de tanto andar por lugares tan disímiles como pueden ser  las   múltiples zonas rurales de nuestra provincia, y el contraste que  percibía de   cotidiano, en sus estadas en Buenos Aires, gracias a ello aprendió a captar la   idiosincrasia de los porteños como de los provincianos; sin duda, estas   percepciones enriquecieron sus calidades como hombre público en la etapa más   significativa de su vida, pero nuca fue ni aspiró a cautivar a las   muchedumbres..
        
        Hospital  del Ingenio (Álbum del Ingenio 1946) 
        Don Robustiano, según los testimonios   recogidos, fue un hombre en el que la sobriedad era un atributo esencial de su   personalidad, lo mismo que como parlamentario, nunca se destacó como orador, ni   como político de comité, con Hipólito Irigoyen guarda un rasgo en común, ambos   poseían un timbre de voz más bien bajo, según relatos de quienes conocieron a   los personajes, resaltaron que a los dos, les resultaba más adecuado, recibir de   uno por vez a sus visitantes. 
        Pero sin duda alguna, son  pocos los   argentinos que recuerdan y conocen al Patrón Costas visionario, aquel que no   trepidó en adentrarse en la selva Orán, y forjar con auténtico sentido   empresario, lo que luego, se constituiría en su obra magna, me refiero al   Ingenio y Refinería San Martín del Tabacal, que con el tiempo llegó a ser uno de   los ingenios más importantes de toda Sudamérica. Para consolidar este   emprendimiento, sobre el que nadie podía vaticinar resultado alguno, se entregó   con total pasión, con la pasión de los que en su fuero íntimo presienten que sus   proyectos, obtendrán resultados, más allá de lo esperado o imaginado por ellos   mismos. Pero Robustiano, era antes que nada un ser humano, y en muchas   oportunidades, debió haberse sentido atribulado por la duda, la impotencia,    incertidumbres, ante un desafío de esa magnitud,él, tiempo después hará una   remembranza de todos esos sentimientos encontrados, y los escollos que tuvo que   sortear junto a sus socios, en un discurso que pronunció una década y media más   tarde.
        
        Hermanas Terciarias Franciscanas a cargo del Hospital del Ingenio 
        En el año 1908 Robustiano Patrón   Costas, junto a su hermano Juan y al Dr. Pedro Mosoteguy (dueño y fundador de la   firma Bagley), compraron en sucesivas operaciones las tierras donde años más   tarde se levantaría el complejo agroindustrial San Martín del Tabacal. Entre las   adquisiciones de mayor cuantía puede mencionarse el juicio sucesorio de don   Evaristo Uriburu y de su esposa doña Josefa Álvarez de Arenales, que se tramitó   en Buenos Aires, poseedores de grandes extensiones de tierra fértil, ya que sus   dominios comprendían entre otros, la zona de Río Seco, el Valle de Zenta,   también compraron las propiedades de doña Mercedes Cornejo de Leguizamón, de   Julio Carlsen, a los herederos de don Dámaso Uriburu, al doctor Ricardo   Zorrilla, a Marcos Martigena, y las de Julio Colque, entre los más recordados. 
        Por aquellos años, con la llegada del   ferrocarril a Orán, se comenzaron a efectuar los primeros desmontes y a plantar   caña de azúcar. Debe tenerse en cuenta que había que hacerlo todo, esta tierra   de promisión, que en esa época contaba en la ciudad con 1.321 habitantes y el   departamento, con una extensión de 28.000 km2,(equivalente a toda la provincia   de Tucumán) tenia 10.403 habitantes. Al presente, el departamento tiene una   población estable de cerca de 140.000 habitantes.
        
        Iglesia del Ingenio (Álbum del Ingenio 1946) 
        San Ramón de la Nueva Orán, está   situado en la Provincia de Salta, ubicado al Norte del Trópico de Capricornio,   tiene características topográficas y climáticas singulares, dado que su clima es   cálido, sus inviernos primaverales, abundantes ríos para irrigación, todos estos   atributos le dieron fama a esta zona.
        Según se relata en el libro que se   editara en 1946, en homenaje a los fundadores del Ingenio San Martín del   Tabacal, allí se narra la historia del Ingenio desde sus orígenes, y las   imágenes, que el lector admirado observa, datan del año 1934 “en 1918 se   vendía en Tucumán el Ingenio San Miguel.Como por la guerra europea no podía   importarse maquinaria, repensó en adquirir esa propiedad para trasladar su   fábrica a las tierras de Orán. Resultado de esas tramitaciones fue la   incorporación al grupo del señor Pedro Bercetche  y la constitución en ese año   de la Sociedad colectiva Patrón Costas, Bercetche y Mosoteguy, con un capital de   $ 4.400.000 a la que se le transfirió las tierras, a las que nos hemos referido,   y adquirió en remate público el Ingenio San Miguel, en Tucumán” y en   otro párrafo, la referida publicación expresa: “La tarea a realizar era   ímproba, se trataba de instalar una gran fábrica moderna en el desierto, en   plena selva virgen. Todo lo que existía era una pequeña parcela desmontada y una   casa de tres habitaciones de paredes de adobe, techos de caña y teja y piso de   tierra apisonada y, como lujo, una con piso de ladrillo asentado en barro. Allí   se instaló el socio administrador con su estado mayor. En una ramada de techo y   paredes de paja, se habilitaron los escritorios y el personal, en carpas y   viviendas de chapa de cinc, improvisadas”       
        Toda esta obra de inusitada magnitud,   estuvo signada, por un profunda acción de carácter social, religioso,   educacional, sanitario, de esparcimiento para las familias que de a poco,   pasaron a residir de manera permanente, y tanto padres e hijos, pudieron ver con   sus propios ojos, que su lugar de trabajo, se transformaba en una pequeña   ciudad, con barrios obreros, una Capilla, que fue expresamente construida no   sólo para que todos los habitantes del lugar pudieran elevar sus plegarias a   Dios, sino que el  diseño y cada detalle de ella, se realizó con gran maestría   por ebanistas, contratados por don Robustiano Patrón Costas. 
        Tanto la escuela hogar como el hospital   estaban bajo el control y dirección  de las Hermanas Franciscanas de María,   quienes junto a los sacerdotes de la misma  orden religiosa, realizaron una obra   magnifica no solo en estas tareas, sino también por su labor evangelizadora. En   ese hospital que contaba con médicos permanentes solventados por la empresa,   nacieron algunos nietos de don Robustiano.
        Se trazaron las calles, se abrieron   caminos y se construyó un ferrocarril de trocha angosta  con cerca de doscientos   Km. de extensión para el transporte de la caña para lo cual se utilizaban 16   locomotoras. También se encaró la levantó una toma de agua y la red para el   consumo humano con sus instalaciones sanitarias, así también el tendido de la   red eléctrica y la generación de energía para la fábrica y su distribución al   pueblo, la que   se otorgaba gratuitamente.
        Así podemos apreciar, que este   conglomerado humano, aglutinó tanto a trabajadores rurales provenientes de los   Valles Calchaquíes, a técnicos y profesionales, que arribaron de distintas   latitudes, como a la familias de sus propietarios, a modo de ejemplo, puedo   citar que algunos de los nietos mayores del doctor Patrón Costas, aprendieron   sus primeras letras en la escuela del Tabacal.
        Por eso, cuando por desconocimiento o   manifiesta mala fe, se habla de Robustiano Patrón Costas, bajo el calificativo   de explotador, cual,” señor feudal”, que humilló de palabra y vejó con violencia   a sus empleados, como si se tratasen “de los siervos de la gleba medioeval”,   estimo que se cae en una apreciación infamante, y hasta el momento, nunca   respaldada por vía de hechos comprobables. 
        
        Casa de empleado común    del Ingenio (Álbum del Ingenio 1946) 
        La sola mención de Patrón Costas y el   Ingenio San Martín del Tabacal, en muchos casos se reduce únicamente a exacerbar   un odio irracional hacia la figura de esta figura multifacética, de este   visionario, que cometió errores como cualquier ser humano, pero son muy pocos   los que se permiten reconocer y realzar su magnifica labor, que no tenía   motivaciones puramente personales, va de suyo, que era un emprendimiento   empresarial, y como tal, quien arriesga su capital, apuesta a recuperar sus   costos y a incrementarlos, pero también, a favor de la comunidad.
        Robustiano Patrón Costas, supo, pudo y   quiso ir más allá, y con ingentes esfuerzos primero, construyó el Ingenio, que   luego se transformó en una comunidad por el que transitaron varias generaciones   de trabajadores, y existen testimonios, de obreros que una vez acogidos al   régimen jubilatorio, solicitaron quedarse a vivir allí hasta el fin de sus   días.
        Es el mismo Patrón Costas, el que   formuló muchas de estas aseveraciones, con motivo de la visita, que realizó a   Salta y al Ingenio Tabacal, el entonces Presidente de la República, el General   Dn. Agustín P. Justo, en el transcurso del año 1934. Estimo un acto de justicia   histórica transcribir algunos párrafos de su alocución pronunciada ante el   Presidente Justo: “En este acto público, el primero de tal naturaleza que   se realiza en este Ingenio, creo que será útil que os haga una sucinta historia   de nuestra empereza, por las enseñanzas que ella entraña y por las hondas   sugestiones que se desprenden para el hombre de gobierno que, dejando de lado el   malsano  y falaz electoralismo, trata de hacer la grandeza de la patria  por el   amparo al trabajo, amparo que debe extenderse tanto al obrero, que es la fuerza   humana de inestimable valor, a la que es necesario considerar con el amor que   nuestra religión impone para todos sus semejantes; como al capital que es   potencia creadora, pero que tiene la obligación de ser inteligente, comprensivo   y generoso, si quiere inspirar respeto”. 
        
        El Presidente de la Nación Gral. Aguustín P. Justo visita Salta en 1934 (Colección Patrón Costas)
        Luego de realizar un resumen acerca de   cómo se fue planeada, hasta en sus más mínimos detalles la construcción del   Ingenio, recordó con nostalgia y satisfacción una acertada advertencia que le   hiciera años atrás el ex – gobernador don Sixto Ovejero, al que Patrón Costas,   calificó de “el inteligente pionner del Ingenio Ledesma “He sabido que   ustedes han formado una sociedad para instalar un Ingenio en el Tabacal; bueno   amigo, ahora  conocerá usted las amarguras que cuesta producir azúcar. Nos   reímos de la ocurrencia; más tarde, cuántas veces en mis noches sin sueño   recordé sus proféticas palabras, dictadas por su larga experiencia”. Por   último, a modo de confesión abierta y pública, afirmó “El camino recorrido   ha sido largo y fatigoso, pero nos queda la satisfacción de haber cumplido   honradamente con nuestras obligaciones y el de haber sido útiles a la Nación y a   nuestra provincia mediante un esfuerzo industrial genuinamente argentino, pues   son argentinos los capitales, argentinos los técnicos, argentinos los empleados   y obreros. En 1943 la sociedad colectiva Patrón Costas, Bercetche, y   Mosoteguy vendió su activo y pasivo a la sociedad anónima Ingenio y Refinería   San Martín del Tabacal, integrada por otros aportantes, a través de ingreso   nuevos capitales, recibiendo el importe de la venta, parte en acciones y parte   en dinero en efectivo.
        En lo social, se inauguró el estadio de   fútbol con tribunas de cemento, como así también canchas de básquet y tenis   dando continuidad a la obra y fuertes convicciones de su fundador.
        Mientras tanto, el curso de los   acontecimientos de orden político, siguieron inquietando la existencia del   doctor Patrón Costas, integró varias Comisiones en el Senado de la Nación, entre   ellas la de Acuerdos, a raíz del decreto del Poder Ejecutivo, por el cual se   declaró la intervención a la provincia de Buenos Aires, cuyo gobernador era Dn.   Marcelino Ugarte, dicha norma promulgada en abril de 1917 antes del comienzo de   las sesiones preparatorias de ambas Cámaras, cuando le cupo hacer uso de la   palabra al senador salteño, éste efectuó manifestaciones, que pueden encuadrase   en diferentes etapas de la vida institucional argentina.
        Robustiano Patrón Costas,   afirmó convincentemente “Entre nosotros el poder fuerte de la Constitución   es el Poder Ejecutivo. Fue necesario hacerlo así hasta dominar el caudillismo,   la anarquía, y la hidra revolucionaria. Pero, como Estados Unidos, creció en la   práctica, lo que siempre es menos malo en una democracia. Entre nosotros, a las   facultades del Poder Ejecutivo, se agregaron las de hecho; a tal extremo, que si   no se reacciona, a poco más que andemos por este camino habrá desaparecido el   sistema de los contrapesos en el ejercicio de los poderes de la   Constitución”.
        Don Robustiano se vió  en la necesidad   de adecuar su tiempo y responsabilidades, entre su familia, la política y el   Tabacal, por eso es que su actuación, se nos presenta como la de un hombre de   acción, no exento de un intenso sentido de la vida en familia, en particular, a   medida que se casaban sus hijos, e iban apareciendo sus nietos, que siempre   fueron su debilidad y un motivo de esparcimiento e intimidad, distante del   personaje público y empresario exitoso. 
        En 1937 el Ingenio recibe la visita del   senador nacional socialista, doctor Alfredo L. Palacios, que en viaje por el   norte del país, aprovechó para cerciorarse personalmente sobre la obra de su   adversario político, el doctor Patrón Costas, y a su regreso a Buenos Aires, en   la sesión del Senado de fecha 22 de junio de 1937, para asombro de propios y   extraños, con la grandilocuencia oratoria que lo caracterizó, sostuvo “De   Vespucio partí para el Tabacal. En Yacimientos Petrolíferos pude aplaudir la   acción de una gran repartición nacional. En el Tabacal, debí aplaudir la acción   de un hombre. Aplauso que quiero reiterar lealmente, desde mi banca al   adversario político que realiza un gran obra de argentino, en medio de la selva,   donde es frecuente la explotación del hombre por el hombre, en la forma más   brutal. La escuela de El Tabacal, sería un ejemplo, en nuestra propia metrópoli.   Aulas con techos altos donde la luz entra a raudales, paredes blancas; las   puertas con telas metálicas; una higiene admirable. Los niños todos calzados,   con guardapolvos blancos; limpios y bien arreglados. Se bañan en la misma   escuela. 
        
        Clase en la Escuela 033 (Álbum del Ingenio 1946) 
        Quinientos alumnos bien   alimentados, sanos y fuertes, con la pupila brillante, el pecho fuerte y el paso   ágil, a mi llegada entonaron el Himno Nacional con voz clara y vibrante.   Entraron después en las aulas, que recorrí una a una. Hice innumerables   preguntas. Hasta los más pequeños conocían nuestra historia, hablaban con viveza   de las distintas regiones del país y resolvían problemas en la clase de   aritmética. Y entre los alumnos había algunos, hijos de indios chaguancos, que   hablaban en castellano con facilidad. Al lado de la escuela hay una gran   extensión de tierra para la granja, donde se enseña a los niños nociones de   agricultura, vinculándolos así a la tierra.     
        Y bien, señores senadores;   imitemos la acción privada y los resultados serán proficuos”
        El 6 de septiembre de 1930, es   derrocado el presidente radical Hipólito Irigoyen, ante la actitud pasiva de la   ciudadanía y en otros casos complaciente, el Jefe de la Revolución, fue un   militar salteño, el General José Félix Uriburu, quien actuó estimulado por   grupos nacionalistas, y amplios sectores de la oposición, a partir de esa fecha   se quebró el orden institucional de la Argentina, que alcanzó a consolidar su   estabilidad democrática, por espacio de casi 80 años. Si bien el estado del   presidente derrocado, era el de un hombre aislado de la realidad, y de su   pueblo, con su salud quebrantada, a ésta situación, se sumó una ininterrumpida   sucesión de actos de gobierno, que produjeron desazón en vastos sectores   sociales incluso en el seno del propio partido radical, y esto se debió en gran   parte, al manejo inescrupuloso del poder, que hicieron los dirigentes que   conformaron el círculo más cercano al presidente destituido. Yrigoyen fue   detenido y encarcelado en la isla Martín García, pero salió del gobierno en un   estado de absoluta pobreza y con salud en declinante estado.  
        
        Salón de Actos y Biblioteca   del Ingenio (Álbum del Ingenio 1946) 
        Robustiano Patrón Costas, a diferencia   de la mayoría de los políticos de la época, no se enroló con grupos que   conspiraron par derrocar a Yrigoyen, ni emitió aprobación alguna al respecto;   esa actitud se evidenció, por su ausencia deliberada cuando la Unión Provincial   de Salta, se reunió en diversas oportunidades para manifestar su beneplácito al   Genera Uriburu. Lo que sí, es de público conocimiento y nunca lo ocultaron ambas   personalidades, fue la estrecha amistad que unió a Patrón Costas con el general   Uriburu, desde los años de juventud, en varios libros pueden encontrase   extractos del valioso intercambio epistolar entre ambos dirigentes, análoga   situación se presenta entre el doctor Patrón Costas con el doctor Lisandro de la   Torre, la que todavía no salió a la luz, para ser motivo de análisis por parte   de los historiadores. 
        
        Almacenes (Álbum del Ingenio 1946) 
        En marzo de 1931, tuvo lugar en Buenos   Aires una reunión de delegados de los partidos provinciales, en respuesta a la   convocatoria de los presidentes del conservadorismo bonaerense don Antonio   Santamarina y el ingeniero Emilio F. Olmos, por los demócratas cordobeses,   Patrón Costas representó a la Unión Provincial de Salta. Al inicio de las   deliberaciones, Santamarina abogó por constituir una fuerza que se sustentase en   un programa político, en el cual convergieran  todas las aspiraciones e ideas,   que nutrían los principios de los partidos de tendencia conservadora. Se   conformó un Comité provisorio, en el que Robustiano Patrón Costas, fue   designado  secretario. También se aceptó que la nueva fuerza se denominara   Partido Demócrata Nacional, y debía redactarse su Carta Orgánica, que fue   aprobada el 10 de julio, siendo presidente provisional el representante nominado   por Salta. El 3 de agosto el doctor Patrón Costas, resultó ungido entre sus   pares como presidente del flamante partido, la vicepresidencia recayó en la   persona de don Luis Duhau, y la segunda en el doctor José Heriberto   Martinez.
         
        Almacenes (Álbum del Ingenio 1946) 
        El gobierno del General Uriburu,   decidió convocar a elecciones generales para el 8 de noviembre de 1931, mientras   tanto el Partido Demócrata Nacional, logró aglutinar a otros sectores políticos,   en una alianza que se denominó La Concordancia, de allí surgió triunfante la   candidatura a Presidente de la Nación, del General Agustín P. Justo, y a   Vicepresidente el doctor Julio A. Roca, quienes resultaron triunfantes en el   acto eleccionario, y asumieron sus cargos el 20 de febrero de 1932, mientras   tanto, el doctor Patrón Costas, inició otro período como senador nacional por la   provincia de Salta, pero en esta oportunidad fue ungido por sus pares como   Presidente Provisional del Senado, cargo en que se mantuvo durante casi todo su   mandato legislativo; antes de concluir su gestión presidencial, el presidente   Justo convocó a elecciones generales, en ésta ocasión, la fórmula presidencial   que alcanzó la mayoría de los sufragios, la encabezó el doctor Roberto M. Ortíz   y Vicepresidente el doctor Ramón S. Castillo, luego por razones de salud, el   doctor Ortíz presentó su renuncia al Congreso antes de concluir su   mandato.
        Al  ex – presidente enfermo, le sucedió   en el cargo, el vicepresidente Castillo, éste político conservador, nacido en   Catamarca, fue antes que nada un hombre de carácter afable, consagrado a su   profesión de abogado, profesor titular, en la Facultad de Derecho de la   Universidad de Buenos Aires. Mientras estos sucesos acaecían en nuestro país, el   mundo permaneció convulsionado, tanto por la duración como por las atrocidades y   aberraciones cometidas entre seres humanos a lo largo de la Segunda Guerra   Mundial.
        En 1943, pese a las continuas   advertencias de sus asesores, el doctor Castillo, desestimó, toda posibilidad de   un golpe de estado, que lo removiese de su cargo. El pedido de renuncia a su   Ministro de Guerra, General Pedro Pablo Ramírez,  permitió  a la Logia GOU,   integrada por oficiales del Ejército, cuya figura más destacada fue la del   coronel Juan Domingo Perón, que en la madrugada del 4 de junio de 1943, las   Fuerzas Armadas protagonizaran un nuevo golpe de Estado, el cual, obviamente,   hechó por tierra la candidatura presidencial, del doctor Robustiano Patrón   Costas, por el Partido Demócrata Nacional.
        Patrón Costas, tuvo casi la certeza de   que en esta oportunidad alcanzaría el cargo de presidente de la Nación, porque   además su candidatura, no fue fruto de componendas ni digitaciones, ni de parte   del presidente de la Nación, el doctor Castillo, y menos aún desde el seno de su   propio núcleo partidario, él, por sí solo, acreditaba una encomiable conducta   política y empresaria, que lo hacía merecedor de tan legítima   aspiración.
        Estimo imprescindible rescatar   fragmentos del discurso que debió pronunciar ante la Convención del Partido   Demócrata Nacional, prevista para el día 3 de junio, ese texto, expresa   claramente las ideas rectoras de un hombre de Estado que constituye el legado   político de alguien que se construyó así mismo. Su texto fue el fruto de ideas   elaboradas, por alguien que desde su juventud mostró sus dotes para gobernante,   que pudo acreditar hasta el final de sus días, que subió peldaño por peldaño,   para poder acceder a cada una de las funciones que ejerció.
        “Soy, más que un político, un   hombre de trabajo” a través de ésta afirmación, dejó entrever el valor   que le otorgaba al trabajo, y de ninguna manera desdeñó su condición de político   de raza, con todas las implicancias que este rango lleva implícito, simplemente   hizo hincapié en esa herramienta, sin la cual no habría llegado a ser la   personalidad que fue.
        Pero su “credo   conservador”, es el que más fuerza cobra en esta alocución “Somos   conservadores porque queremos y respetamos nuestro pasado; porque aspiramos a   que la familia mantenga su actual organización como escuela de virtudes, de   carácter  y de nobles sentimientos; porque aspiramos a que, dentro del respeto   de todas las creencias, la sociedad argentina continúe fiel a la fe de sus   mayores, como el mejor fundamento de su moral; porque anhelamos enaltecer   nuestra tradición y el culto de nuestros próceres civiles y militares, para   formar así un pueblo con ideales, con espíritu de sacrificio, en que la vida   tenga un sentido, no de vanos placeres y de torpe materialismo, sino de heroica   milicia, en la paz o en la guerra” 
        “Ser conservador es querer una   organización social y política con jerarquías, pero entiéndase bien, con la   jerarquía que da la conducta ejemplar, la inteligencia, la ciencia, el arte, el   trabajo, los servicios prestados al país; el nacimiento, cuando se sabe honrar   la estirpe; la fortuna, cuando se es digno de ella. Jerarquía abierta para el   ascenso de quienes lo merezcan, por humilde que sea su origen”      
        A poco de producida la revolución de   1943, la figura del entonces coronel Perón, va abriéndose paso, y se incorporó   de lleno al terreno político, que era su más recóndita  aspiración, ejerció   funciones como la de Secretario de Trabajo y Previsión, en donde comenzó a   palpar personalmente, los requerimientos de la clase trabajadora, es allí que va   urdiendo paulatinamente, la conformación de un partido político, que luego se   transformaría en uno de los movimientos populares más perdurables de la historia   argentina. Mucho se habló, de un posible encuentro entre el entonces coronel   Perón con el doctor Patrón Costas, el historiador Félix Luna en su libro “El   45”, hace una mención al pasar y refiere que el mismo, se habría concertado en   el departamento que poseía Evita, en la calle Posadas, pero nada se sabe a   ciencia cierta sobre los temas abordados entre ambos.     
        Lo cierto es que, una vez que   accedió como Presidente de la Nación, el General Perón, envío al Ingenio   Tabacal, al doctor Rodolfo Valenzuela, quien después fue Presidente de la Corte   Suprema de Justicia de la Nación, el funcionario arribó acompañado por un   numeroso sequito de empleados e inspectores del Ministerio de Trabajo y   Previsión, allí a se instalaron por  varios días y en el lugar, el funcionario   pudo constatar fehacientemente el buen trato y estado del personal del   Ingenio.
        De ahí en más,  durante todo el período   de gobierno peronista, jamás aparecieron  inspecciones con  esas   características, excepto las habituales. El sindicato de Trabajadores del Azúcar   del Ingenio San Martín del Tabacal fue uno de los primeros en afiliarse a la   C.G.T. a nivel nacional, pero ante todo,  don Robustiano supo captar las   necesidades del país y de su gente, pero ostentó el don innato del visionario,   aquel que se anticipa antes que los sucesos le ganen la partida, y la muestra   más elocuente de esto, fue la fundación del Ingenio Tabacal como también, el   apoyo brindado a Monseñor Roberto José Tavella, para que Salta, pudiera   contar con una casa de altos estudios.
        Para la creación de la Universidad,   Católica, se aprovechó la promulgación de leyes dictadas por el gobierno del Dr.   Arturo Frondizi, que posibilitaron desgravar de impuestos a aquellas empresas   que realizaran inversiones de capital para el desarrollo industrial y volcar   determinados importes para obras de interés general, así la empresa además de   invertir para incrementar su crecimiento, resolvió donar ciento cincuenta   millones de pesos de esa época para la creación de la Universidad. Luego se sumó   el aporte desinteresado de don  Jaime Durán, quien cedió 50 hectáreas en   Castañares, en los predios, en los cuales, luego se levantarían los edificios en   que actualmente funciona la Universidad, también el Ingenio San Isidro S.A,   contribuyó para que éste objetivo se hiciera realidad. La idea de dotar de una   Universidad a nuestra provincia, siempre estuvo latente en el espíritu educador,   que caracterizó a Monseñor Roberto J. Tavella, quien encontró en el doctor   Robustiano Patrón Costas, a su más consecuente aliado. 
        Esta brillante iniciativa, compartida   junto a Mons.Tavella, decidió al doctor Patrón Costas, respaldarla  moralmente y   económicamente, pero dado que su salud, y el transcurso de los años le   significarían múltiples esfuerzos, delegó estas funciones en su hijo, el   ingeniero Eduardo Patrón Costas, por entonces Administrador del Ingenio Tabacal,   hasta que la obra emprendida se consumase íntegramente.
        De esa manera, se iniciaron las   tratativas y complejas gestiones ante las autoridades nacionales y eclesiásticas   del país y del Vaticano. Monseñor Tavella, no pudo ver concretada su aspiración,   ya que se encontraba muy delicado de salud, y falleció el 21 de mayo de   1963.
        Finalmente al tomar posesión de la   Arquidiócesis de Salta,  Monseñor Carlos Mariano Pérez, en junio de 1.964, se   anunció que la casa de Altos Estudios, era una realidad y  el 5 de ese mes se   firmo el Acta de Constitución y los estatutos del Centro Cultural del Noroeste   Argentino. 
        El doctor Patrón Costas, tuvo un gesto   de grandeza poco común entre los políticos con predicamento en las diferentes   etapas históricas de nuestro país, supo alejarse en el momento oportuno del   escenario, que lo tuvo a él, como a uno de sus protagonistas más descollantes a   lo largo de varias décadas, se retiró con dignidad y sin estridencias, de allí   en más, se transformó en un hombre que ameritaba una fecunda trayectoria, como   para ser un consejero sereno, imparcial y mesurado. Respecto a este tema, Patrón   Costas, fue contundente en su memorable discurso “No tienen derecho de   hablar mal de la política y de los políticos quienes renuncian a la lucha. El   que se encastilla en su propia dignidad y teme que el barro de la calle lo   salpique y no actúa, tiene tanta responsabilidad en la mala política como quien   la prostituye, porque éste ha ocupado el puesto que el otro abandonó por   cobardía, por egoísmo o por comodidad”   
        Dos criterios historiográficos e   ideológicos antagónicos, impregnados de una significativa carga de  preconceptos   se disputan con su pluma, difundir biografías o relatos, que en muchos casos   ponen de manifiesto, una parcialidad no esperada de hombres consagrados al   estudio de la historia, por ello, me permito afirmar que existe una bibliografía   bastante acotada, sobre Robustiano Patrón Costas, si bien se publicaron libros,   folletos, y múltiples artículos, ellos denotan, a poco de leerlos, concepciones   abiertamente parciales.
        Un reconocimiento hacia la trayectoria   del doctor Patrón Costas, provino de la Academia de Ciencias Económicas, que en   mayo de 1956, lo designó por “unanimidad de votos” como Académico Titular de   dicha corporación, y se lo eximió de asistir al acto de incorporación, según se   desprende de la nota que le cursó su presidente, el doctor Alfredo Labougle. “No   podía ser de otra forma porque es un honor que Ud. forme parte de nuestra   Institución”
        Los últimos años del doctor Robustiano   Patrón Costas, transcurrieron en viajes temporarios entre Salta y Buenos Aires,   y disfrutaba del contacto con la naturaleza en su casa de “La Montaña”, también   encontró sosiego al observar el crecimiento paulatino de nietos y bisnietos.   Pero un hecho luctuoso quebró su espíritu, del que jamás se recompuso, el   fallecimiento de  su mujer y compañera de casi seis décadas, doña Elisea Ortíz   Isasmendi, el 17de febrero de 1964, de allí en más, nada fue igual y su ánimo y   como su salud comenzaron a debilitarse. 
        El 12 de agosto de 1965, pocos días   antes de su fallecimiento el Dr. Robustiano Patrón Costas, recibía de manos del   padre Candido Gaviña, Provincial de los Jesuítas en la Argentina, la   condecoración de Caballero Pontificio de la Orden de san Gregorio 
        Magno, conferida por su Santidad, el   Papa Paulo VI.    
        El 24 de septiembre de 1965, fallece   don Robustiano, a la edad de 87 años, en su residencia de Buenos Aires,   acompañado de su familia y de las hermanas terciarias franciscanas. El Senado de   la Nación Argentina, dispuso la rendición de honores al ilustre hombre público   desaparecido, por su parte, el Poder Ejecutivo Nacional, decretó duelo nacional   en homenaje a su memoria, el entonces Presidente de la Nación, el Dr. Arturo U.   Illia, perteneciente al Partido Unión Cívica Radical, si bien no asistió al   velatorio de los restos del político y empresario salteño, encargó tal misión a   miembros de su gabinete.
        El Senado de la Nación Argentina,   emitió un decreto de honores, rubricado por el entonces Vicepresidente de la   Nación, Dr. Carlos Perette para quien en vida, fue miembro de esa Cámara, su   Presidente Provisional, y ocasionalmente Presidente interino de la República, en   los considerandos del mismo, el parlamento nacional de entonces le consagró   conceptos laudatorios para el extinto político salteño:  
        Que el Dr. Patrón Costas fue una   figura de singulares relieves en la vida pública del país, 
        Que su nombre estuvo, a partir de   los primeros años de este siglo, vinculado a nuestras luchas políticas como una   presencia indiscutible en las filas del conservadorismo; 
        Que fue hombre de sólidos   principios y de ideas que consideró  las más adecuadas para servir al país y   creía en la libertad y la democracia dentro de las normas establecidas por el   Estado:
        Que dentro de este esquema de su   pensamiento estaba seguro de que cabían todas las reformas que exigía la   evolución progresista de la República Argentina. Por encima de la lucha de   clases y como una posibilidad firme de conciliación entre todos los sectores de   la sociedad; 
        
        Patrón Costas Presidente interino de la Nación (Colección Diego Cornejo Castellanos) 
        Que estos mismos principios le   sirvieron para su actividad industrial, que le permitió  crear sólidos   establecimientos que fueron en su momento fuentes de trabajo para familias   enteras de conciudadanos de la provincia de Salta; 
        Que durante su mandato como   gobernador de Salta impulso obras públicas de notorio beneficio para la   provincia y dicto leyes sociales que en aquellos momentos se consideraron   avanzadas en materia salarial y de trabajo; 
        Que desde su banca de Senador de   la Nación y como presidente provisional del Honorable Senado desempeñó con   elevado criterio numerosas tareas en el seno de las comisiones de Hacienda y de   Acuerdos, y, designado presidente de la República para el caso de acefalía,   ejerció este cargo interinamente en 1.942
        Que consideraba que todo   ciudadano se debe al país y que la indiferencia en materia política solo   contribuye a crear confusión y escepticismo en el pueblo;
        Que fue el Dr. Robustiano Patrón   Costas un hombre que militó con altiva dignidad en una tradicional agrupación   política que dio grandes figuras a la República, entre las que él ocupa un lugar   eminente, por encima de todas las discrepancias ideológicas y de la lucha   cívica”
        Con la desaparición del doctor   Robustiano Patrón Costas, se apagó la existencia del último exponente político   conservador de la República, quien desde su juventud se preocupó y se impuso   aglutinar, a todas las fuerzas políticas que sutentaran un mismo ideario, una   misma visión de país.
        En suma, Robustiano Patrón Costas,   estaba dotado de todas las calidades personales  para ser un estadista, contó   con una gran capacidad para ejercer el poder, formado desde niño en la escuela   del deber, sólo concibió la vida como una lucha en donde se conjugan esfuerzo y   sacrificio, gracias a los cuales se obtienen grandes satisfacciones, que   dignifican la conciencia de los hombres, era esa clase de personas cuya sola   presencia infundía respeto.
        
        Estatua en el Tabacal
        A los hombres públicos de esta talla,   cualquiera haya sido su dimensión y trayectoria,  en  la vida de nuestra nación,   debemos abordarlos desapasionadamente, y en base a documentos fidedignos,   testimonios imparciales, podremos evaluarlos cada uno, según nuestras   convicciones, pero contando para ello con una visión más certera acerca del   legado, que supieron o no, dejar para las generaciones actuales y las por   venir.
        Ante la ausencia del doctor Robustiano   Patrón Costas, la Argentina, quedó huérfana de una raza política excepcional,   que pese a sus errores como aciertos, debemos computarle a su favor una acción   constructiva y progresista, hombres que supieron visualizar e interpretar con   agudeza, al país que amaron. Poseyeron un criterio realista, como modo de hacer   posible el desarrollo del país y de sus instituciones, fueron personalidades,   que sobresalieron por ser ciudadanos cabales y paradigmas de una forma   pragmática de concebir e implantar sus ideales, al servicio de la Patria. 
        Diego Cornejo Castellanos 
        [email protected]