
            
n su libro “La  Guardia bajo las Estrellas, su historia” el Prof. José Fadel, creador del  sentido homenaje que cada 16 de Junio se concreta en Cañada de la Horqueta  (Prov. de Salta), lugar donde expirara el Grl. Martín Güemes, cuenta:
               
  “El Monolito fue  inaugurado, en la Horqueta, el 17 de Junio de 1934, en oportunidad de cumplirse  el 113 aniversario de la muerte de Güemes. Estuvieron presentes en el acto,  entre otras personalidades, el Gobernador de la Provincia, el Dr. Avelino Aráoz,  el Grl. Luis A. Cassinelli, Comandante de la 5ta División, entonces con sede en  Salta y el Presidente de la Comisión Gral. Don Gregorio Vélez, quien, entre  otros elevados conceptos, pronunció estas hermosas palabras:
               
              Salta gloriosa,  os entrego en manos de vuestro primer magistrado, este obelisco sagrado  levantado en homenaje a nuestro héroe. Eres la más digna de guardarlo ayudada  por tus hijos siguiendo el ejemplo de tus gauchos que fueron el símbolo de lo  más grande y noble que puede albergar un pueblo, y a quienes nos resta aún  pagar la deuda de gratitud levantando un monumento en la plaza Güemes de la  ciudad de Salta.
               
              Salta, cuna y  baluarte de los gloriosos guerreros del Norte, he aquí también vuestro templo.  Mandad vuestros hijos que enciendan sus almas en el fuego patrio que alentó el  alma del héroe caído aquí”.
               
              La obra es  producto del talento del escultor italiano Victorino Moltisanti, quien llegó a  Salta en el año 1929 contratado para realizar los arabescos del frontis del  Banco Hipotecario. Allí se vinculó con Florindo Sembinelli y Severino Cattáneo,  expertos en tallados en piedra que seguían la tradición romana al trabajar  sobre roca.
               
              Se le encargó  erigir un Monolito que perpetuara la memoria de Güemes en la Horqueta, obra que  dirigió personalmente. Esculpió con sus propias manos la llama votiva en que  remata la pirámide.
               
              Expresa el Prof.  Fadel: “Como todo extranjero con alma de trotamundos, así como llegó a Salta,  un buen día desapareció en busca de otros horizontes. Se fue a Bolivia en 1936  y desde entonces no se supo más de él. Su paso por esta tierra nos ha dejado la  riqueza creadora de su lirismo, estampado en el obelisco de piedra, que es hoy  el santuario del Héroe. Gracias, Moltisanti”. 
               
            Fuente: BOLETIN GUEMESIANO Nº 122 -                JUNIO DE 2010 - Prof. María  Cristina Fernández - 
              Académica del Instituto  Güemesiano de Salta -
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