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Himno a Güemes

scuchad, hondo grito de guerra

Hiende el aire vibrando cual trueno.

Desde Salta a Yavi en su seno.

Que hace al gaucho patriota indignar.

 

Y cual recio huracán que se agita

Estruendoso en carrera gigante

Así corre aquel pueblo arrogante

De opresores la Patria librar.

 

Gloria eterna a los Gauchos Famosos,

Que al triunfar en la lid sin cuartel;

Coronaron la Patria orgullosa

De radiante y sublime laurel

 

Letra Gabriel Monserrat

Música de Enea Verardini

Interprete: Javier San Remo

 

 

 

scuchad, hondo grito de guerra

Hiende el aire vibrando cual trueno.

Desde Salta a Yavi en su seno.

Que hace al gaucho patriota indignar.

 

Y cual recio huracán que se agita

Estruendoso en carrera gigante

Así corre aquel pueblo arrogante

De opresores la Patria librar.

 

Gloria eterna a los Gauchos Famosos,

Que al triunfar en la lid sin cuartel;

Coronaron la Patria orgullosa

De radiante y sublime laurel

 

Letra Gabriel Monserrat

Música de Enea Verardini

 

Himno a Güemes, versión de Gabriel Monserrat y Enea Verardini (1918).

Inspirado en el poema "La guerra de los gauchos", dedicado por Gabriel Monserrat a la distinguida escritora salteña Sta. Benita Campos.

I

Por Caminos del Sur de Bolivia

Marcha ardiente la hispánica tropa

Que ha vencido a famosas de Europa,

Se ve el sol en sus armas brillar,

Inflamada de grande arrogancia

A los aires tremola pendones

Y el tropel con belígeros sones

Hace el suelo doquier retemblar.

II

¡Ellos son! . ¿No los veis como avanzan?

Que será de la Patria querida

Ante empuje de tropa aguerrida

Que ha ceñido su lauro inmortal

¿Qué ha de ser de ese pueblo de Salta

Sin hazañas, sin brillo y sin armas,

Doblará la cerviz entre alarmas

A su paso glorioso y triunfal?

III

¡Escuchad!... Hondo grito de guerra

Hiende el aire vibrando cual trueno;

Desde Salta a Yaví en su seno

Que hace al gaucho patriota indignar:

Y cual recio huracán que se agita

Estruendoso en carrera gigante,

Así, corre aquel pueblo arrogante,

De opresores la patria a librar.

IV

¿A las armas! Atruena en los valles,

Y se ven agruparse guerreros

Reluciendo en sus diestras aceros;

¡Qué de Güemes acoge el clamor!

Y estirando sus potros el cuello

De ancha crin que el violento aire azota,

Se repliega entusiasta el patriota

Acosando al soberbio invasor.

V

¡A las armas! El ínclito Güemes

Como Alcides los bravos incita,

Su corcel desfogado se agita,

¡Ha encendido la lid por doquier!

Y no queda retazo de tierra

Sin que el chuzo del gaucho que hostiga,

No lo encharque de sangre enemiga

Que enrojezca humeando al correr.

VI

Humahuaca, Jujuy, San Pedrito,

Chicoana, El Rosario y Tilcara,

Abra Pampa y en donde estampara

Con soberbia su planta el audaz;

Le circunda esa gaucha mesnada,

Semejando en acecho una tromba

Que al caer de improviso cual bomba

Cien trofeos levanta fugaz.

VII

De fragosas alturas sus armas

Bronco atruenan de día y de noche,

La osadía del gaucho en derroche

Dio gran fama a su altivo adalid;

Protegidos por sus guardamontes

Hábilmente en las frondas se escurren,

Y, a los llanos sagaces concurren,

¡A lancear a los hijos del Cid!

VIII

¡Fue la lucha feroz!... Tiradores

Guarecidos en selvas agrestes,

Denodados batían las huestes,

Sus columnas haciendo ralear.

Por doquiera El Centauro Gloriosos

Enseñó a La Serna el Presunto,

Que ese gaucho era un vivo trasunto

Del patriota argentino al lidiar.

IX

El soldado que triunfa en Europa

Que de lauros orló su oriflama,

Poco a poco perdió su alta fama

Que gozaba de gran guerreador.

De radiante diadema cegado:

"Vencedor el coloso del mundo"

Al medirse ante gaucho iracundo

Agraviado se siente en su honor.

X

Y su hueste diezmada en su avance,

Se detiene impotente y deshecha;

Su arrogancia quedaba maltrecha

No pudiendo a ese pueblo humillar.

¿Dónde están su braveza y pericia

Y el laurel cuyas sienes enjoya,

Si fue Salta, novísima Troya,

Y les vio el San Bernardo cejar?

XI

Sí; mirad, cual retorna burlado

Tanto heroico soldado de España

Perseguido entre selva o maraña,

Por doquiera dejado en tendal:

Su bagaje, sus muertos y equipos,

Sus cureñas, y débiles brutos

Que al morir de cansancio o de enjutos,

Les desgarra el sangriento puñal.

XII

Con su lazo trenzado en la liza

Nuestro criollo a una voz de la raza,

En su audacia, realistas enlaza,

Y doblar se les ve la cerviz.

Y la Historia de bellos ojazos

Al saber que el león ya se humilla

Apacible escribió de rodilla

Ricas fojas de un áureo matiz.

XIII

En la última vez que invadieron

Hiere a Güemes el plomo. y la vida

Al rendir por la Patria querida,

Entra a Lima triunfal San Martín.

Y Bolívar que vence hasta Quito

De Colombia en la armas al frente,

Tremolando su emblema luciente

Va al encuentro del gran paladín.

XIV

Los señores del cetro no vieron

Que el Supremo a los hombres le plugo

Quebrantaran de oprobio su yugo,

En honor de la sacra igualdad:

Que perdiera la causa patriota

Imponiendo el poder fuera mengua,

Y oprimir era en vano la lengua

Cuando el pecho grabó: ¡LIBERTAD!

XV

Vieron solo, asombrados los reyes,

Cuando el Sol descendiendo los Andes

Coronaba con su oro a los grandes,

Al volar una airosa vestal:

Que agitando su enseña celeste,

A ese Sol le arrancó un áureo rayo

Y escribió: ¡Gloria al pueblo de Mayo!

En la frente del cielo triunfal.

CORO

¡Gloria Eterna a los gauchos famosos

Que al triunfar en la lid sin cuartel,

Coronaron la Patria orgullosos

De radiante y sublime laurel!

SALTA

(Soliloquio)

XVI

Es mi túnica blanca y celeste,

Verde lauro mi frente corona,

Ya mi alma tan solo ambiciona

Hollar sendas de paz y de amor.

A través de los níveos encajes

Este pecho entusiástico late

Y mi brazo en las gestas combate,

En mi afán de progreso y Labor.

XVII

Yo soy Salta, la invicta amazona,

Que en la hazaña viril de Febrero,

En la historia esculpí con mi acero

Una foja de espléndida luz;

Con mi brida impetuosa al realista

Humillé su cerviz en el llano

Y rindióse al virtuoso Belgrano

En el campo inmortal de la Cruz.

XVIII

Yo soy Salta la Esparta del Norte,

Gran baluarte yo fui en lejanías,

Se vio allí estrellar tiranías

Cual en rocas las olas del mar

¡Mis augustas hermanas ondearon

En los Andes la sacra bandera

Bajo el Sol que en su altura hechicera

Fue su imagen, de amor a estampar!...

XIX

Mientras siembran ruidosas victorias

En su lidia gigante y homérica

Por salvar de su yugo a la América,

Me lancé con mi brioso corcel.

¡Fulgurando mi acero, al realista

Le trazó en la frontera una marca.

San Martín va al Perú. desembarca,

Y la Gloria me ciñe un laurel!

XX

Yo soy madre de insignes patriotas,

De un varón que Belgrano retempla,

Y entusiasta la Patria contempla

A mi Güemes, ideal paladín.

Que aún más grande y feliz que Leonidas,

Clamoroso la bóveda atruena;

Y alcanzando la raya. sofrena

Su pegaso que agita la crín.

XXI

Yo soy Salta la egregia heroína,

Que cual sol resplandece en la historia;

Embrazando el escudo de gloria

Y esgrimiendo la espada triunfal.

¡Soy la altiva y gallarda provincia,

La de insigne y soberbio pasado,

La que otrora a la Patria ha ofrendado

Fojas de oro en su lidia inmortal!

TRIUNFAL

En mi sien que véis erguir,

Me envanezco yo al ceñir

Este fúlgido laurel

De mi Güemes, el campeón

Que otro tiempo en su corcel

Recibió de galardón

De la augusta Libertad

Por su grande heroicidad;

Mientras suelta en su bridón

La mesnada brava y fiel

En magnífico tropel

Vitoreaba a la deidad.

Es mi orgullo este joyel,

Simboliza mi lealtad;

Es mi premio de virtud,

Un recuerdo de otra edad,

¡A mis héroes gratitud,

prez, y excelsa majestad!

 

 

 

 

 

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