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Antecedentes:

"La manera de un tapiz recio y apretado, en que el sentido y la unidad del dibujo depende de la trabazón hermética de todos sus hilos. Arrancar por entero uno de ellos o cortarlo en su camino, se deja truncar o en desvanecimiento la imagen que se quiso reproducir. Ya el tejido no tiene la firmeza deseada, ni la obra de arte la necesaria armonía, y todo el trabajo amenaza parar en inservible hilacha. ¿Qué ha sido, sino un tapiz inconcluso y deforme el que en buena parte exhibieron los estudiosos de nuestro pasado hispanoamericano? Porque iniciar automáticamente la existencia de estos pueblos con el año 1810, poniendo en voluntario olvido trescientos años de vida social en que forjaron las bases culturales de todo el continente, es dejar sin sentido el curso de los hechos, esconder el punto de convergencia familiar de veinte naciones, entregando a las generaciones futuras una visión incompleta y adulterada de la historia".

Este pensamiento fue recogido durante un curso de Historia del Tucumán dictado por el profesor Rodolfo Cerviño organizado por el Instituto Tucumano de Cultura Hispánica en 1968.

En esta entrega trataré de convertirme en un artesano para rearmar este tejido hilvanando los hilos desprendidos para dar vida desde el momento mismo cuando se marcaron por primera vez las huellas los españoles en las playas de América, aquel 12 de octubre de 1492.

Allí comenzó a escribirse la historia del Nuevo Continente mediante los documentos escritos por quienes se habían reclutado en las gradas de la Catedral de Sevilla o de la Lonja de Contrataciones de España. Entre los interesados en participar de los viajes a las "Indias" se encontraban: aventureros; personajes de jerarquía en la milicia; de otras clases sociales e hidalgos apremiados económicamente.

Después de los descubridores llegaron conquistadores y apasionados misioneros vinculados a diversas Órdenes Religiosas y hasta santos como san Francisco Solano quienes informaron al reino de Castilla lo que sucedía en estas tierras hasta entonces prácticamente desconocidas en el Viejo Mundo.

El diario de viaje de Cristóbal Colón, escritos y testimonios de conquistadores y miembros del clero sirvieron para que, oportunamente, el cronista mayor de Indias Antonio de Herrera, en 1601, comenzara a publicar la primera parte de historia general de los hechos de los castellanos en las islas y Tierra Firme del mar Océano. Esta obra conocida como "Décadas" dio a luz en 1615. Por su parte, Antonio de León Pinelo, limeño, trabajó la recopilación de leyes de las Indias y en el primer catálogo bibliográfico sobre América, editó en 1658; mientras que años después Antonio de Solís, escribió la Historia de la Conquista de México.

Desde el primer momento los autores de estos escritos pertenecieron a dos grupos francamente diferenciados: los que habían estado en América y hacían conocer sus experiencias personales conseguidas en el ambiente familiar y social americano y los que prepararon sus propios trabajos recopilando la información a través de las noticias de otros, por medio de relatos y lecturas de escritos oficiales o privados, sin haber estado nunca en el continente americano.

No debe de olvidarse los nombres de aquellos españoles que participaron en dejar sus testimonios sobre la América Hispana como: Hernando o Fernando Colón, hermano del descubridor, autor de una "Historia del Almirante Don Cristóbal Colón"; Gonzalo Fernández de Oviedo ("Sumario de la Natural Historia de las Indias"); Pedro Martín de Anglería ("Décadas de Orbe Novo"); Pedro de Alvarado ("Cartas relaciones a Hernán Cortés"); Bernal Díaz de Castillo ("Historia verdadera de la conquista de la Nueva España"); Francisco Gómez de Gómara ("Historia de las Indias"); Fray Bartolomé de las Casas ("Apolo-gética Historia", "Brevísima relación de la destrucción de las Indias" e "Historia de las Indias"); José de Acosta ("Historia Natural y Moral de las Indias"); Fray Diego de Landa ("Doctrina cristiana en lengua maya"); Fray Bernardino de Sahagún ("Historia General de las cosas de Nueva España") y Fray Jerónimo de Mendieta ("Historia Eclesiástica Indiana"), entre otros.

Dentro de los americanos cabe destacar a Garcilaso de la Vega, el Inca ("Comentarios Reales", "La Florida del Inca"); Felipe Huaman Poma ("Nueva Crónica y buen Gobierno") en idioma que se mezcla de castellano y quichua; y Juan Rodríguez Freile, santafesino ("Conquista y descubrimiento del Nuevo Reino de Granada, de las Indias Occidentales del Mar Océano").

El "del reyno Tucma"

En tiempo de los incas se conocía con el nombre de "reyno del Tucma" a esta región de la República Argentina cuyos límites "se encontraban desde el extremo Norte de la actual provincia de Jujuy hasta la provincia de San Juan al Sur, y desde la Puna y la Cordillera de los Andes al Oeste, hasta los llanos de Salta, Santiago del Estero y Córdoba", tal como lo puntualizara la profesora Estela Barbieri de Santamarina durante el curso oportunamente consignado.

Esta demarcación estaba habitada por Calchaquíes, Diaguitas, Atacamas, Omaguacas, Tonocotés, Lules, Vilelas, Vejoses, Mataguayos, Juríes, Sanavirones, Comechingones y Nolagasta, entre otros pueblos aborígenes. Cabe aquí consignar que cada uno de ellos tenía su dialecto y a raíz de ello no podían comunicarse entre ellos pese a la pequeña distancia que los separaba de cada asentamiento.

Quien ingresó por primera vez a este territorio fue una expedición conducida por Diego de Almagro, en 1533, cuando se dirigía a Chile procedente de Cuzco su ruta la hizo a través de Chicoana Angastaco y Tolombón, solares que hoy pertenecen a la provincia de Salta.

Posteriormente llegó a esta región por la Quebrada de Humahuaca el capitán Diego de Rojas, en 1543, quien se encontró con la muerte en manos de los indígenas en tierras de Santiago del Estero.

Mucho después en 1563 la Corona ordenó la creación de la Gobernación del Tucumán dependiendo a la Audiencia de Charcas.

El primer historiador de Salta

En 1577 el rey Felipe II designó al Licenciado Hernando de Lerma Gobernador del Tucumán quien demoró dos años en asumir a sus funciones por carecer de recursos para sufragar los gastos del extenso recorrido hasta Santiago del Estero, donde tenía por sede la gobernación. Al llegar a Potosí los oficiales realistas le otorgaron una ayuda económica para que pudiera cumplir con el mandato.

El 16 de abril de 1582 se funda la ciudad de Salta. Entre los presentes se encontraba Ruy Díaz de Guzmán, conquistador, que inmortalizó su nombre como primer historiador mestizo nacido en el Río de la Plata. Fue alguacil de Salta y fundó diversas ciudades, como Santiago de Jerez y San Pedro de Guzmán, y llegó a alcalde de primer voto en Asunción.

A él se le debe "La Argentina" (1612) la primera historia perfectamente orgánica y estructurada, una narración cronológica y temática, fruto de un esquema de trabajo paciente y riguroso. Fue además el primero en utilizar el topónimo: Argentina. Esta obra permaneció inédita hasta el año 1835.

En 1589, cumpliendo sus tareas apostólicas, recorrió comarcas y pueblos de Salta el fraile Reginaldo de Lizárraga - cuyo verdadero nombre es Baltasar de Obando- religioso dominico e historiador español, nacido en Medellín (Badajoz) hacia 1540. Se desempeñó como visitador de los conventos dependientes de la provincia dominica del Perú "San Lorenzo Mártir". Fray Lizárraga escribió entre otras cosas "Descripción breve del reino de toda la tierra del Perú, Tucumán, Río de la Plata y Chile".

En esta correlación del origen de Salta, en el campo de la historia, no podemos dejar de lado al notario Rodrigo Pereira, quien testificara las actas fundacionales de Salta (1582) y Jujuy (1593), cuyas escrituras son "un foco luminoso del pasado histórico".

Los Nombres

Dr. Luis Güemes

Corriendo las hojas del almanaque son numerosos los estudiosos e investigadores que aportaron su trabajo a las diversas corrientes científicas:

José Antonio Arias Rengell e Hidalgo: Cronista del siglo XVIII. Autor de varios libros. José Manuel Arias Cornejo: Doctor en jurisprudencia; investigador de nuestro pasado especialmente a la fundación de Salta publicando sus trabajos en revistas especializadas de contenido científico e investigativo. Cleto Aguirre: Médico. Catedrático de la Universidad de Buenos Aires. Creador del Instituto de Anatomía Patológica. Juan Martín Leguizamón: Investigador, Arqueólogo y Escritor. Guillermo Aráoz: Investigador. Dr. Luis Güemes: Médico, Historiador y Científico. Alberto Alvarez Tamayo: Abogado, investigador histórico ciencias geográficas, matemáticas y topografía. Ricardo Aráoz: Médico, investigador. Pbro. Cloromiro Arce: Sacerdote, Investigador realizando exploraciones geográficas y arqueólogicas. Felipe R. Arias: Abogado,  especialista en cuestiones limítrofes y publicó temas vinculados a la historia y jurísprudencia. Víctor J. Arias: Ingeniero Civil, investigador y estudioso de los yacimientos arqueológicos de los valles calchaquíes. Vicente Arias: Abogado, investigador histórico fundando la Junta de Historia de Salta y propiciador de la primera                 Reunión de Historia del Noroeste. Francisco Javier Arias: Médico, investigador sobre temas científicos. Ernesto Miguel Aráoz:  Escritor, periodista, historiador.  Dr. José Antonino Cornejo: Médico e investigador. Raúl Augusto Cortazar: folclorólogo, investigador.

Raúl Augusto Cortazar

 

Arturo Oñativia

Los Maestros:

Mariano Zorreguieta, Francisco Centeno, Miguel Solá, Bernardo Frías, Ricardo Solá, Mons. Julián Toscano, Ernesto Miguel Aráoz, Rafael Patricio Sosa, Atilio Cornejo, Mons. Miguel Angel Vergara, Severo Cáceres Cano, Teresa Cadena de Hessling, Pbro. Arsenio Seage S.D.B., Fernando Rufino Figueroa, Luis Oscar Colmenares, Prof. Olga Chiericotti,

Dr. Atilio Cornejo

Generación Intermedia:

Gaspar Javier Solá Figueroa, Julio César Jovanovics Usandivaras, Juan Manuel de los Rios, Adolfo Figueroa García, Roberto García Pinto, Julio Leederer Outes, Pastor López Aranda, Francisco Uriburu Michel, Andrés Mendieta, Paulino Arroyo, Carlos Ibarguren, Antenor de Peñalva Torino, Roberto Vitry, Carlos Reyes Fajardo y Carlos Gregorio Romero Sosa, Roque Manuel Gómez, Luisa Miller Asrrada, Oscar Cornejo Torino, Ercilia Navamuel, Inés Garrido de Solá, Rogelio Saravia Toledo, Luis Arturo Torino, Ricardo Federico Mena, Gregorio Caro Figueroa, Magdalena Barreiro de Mónico, Luis María Mesquita Errea, Margarita Fleming de Cornejo y Miguel Angel Basombrío.

Dr. Bernardo Frías

Nuevas Generaciones:

Florencia Cornejo
Marta de la Cuesta Figueroa
Federico Prémoli
Lilia E. Pérez de Arévalo
Esther María Torino
Guillermo Solá Pereyra Rosas
Eulalia Figueroa de Freytes
Miriam Corbacho
Christian Vitry
Raquel Adet
Rafael Gutierrez
Jorge Virgilio Núñez
Diego Cornejo Castellanos
María Cristina Fernandez
Telma Chaile
Violeta Herrero
Rodolfo Leandro Plaza Navamuel
José de Guardia de Ponté
Teresita Gutierrez
Mónica Sanchez
Ernesto Bisceglia

 

CIENCIA Y TÉCNICA

PROPUESTAS Y ESTRATEGIAS PARA SU
DESARROLLO EN LA PROVINCIA DE
SALTA

“Los usos, las tradiciones, el lenguaje, las obras de arte, las ciencias, son cauces de
mediación entre los hombres, tanto entre los contemporáneos como en perspectiva
histórica, ya que, en cuanto son transmisores de verdad, de belleza y de
conocimiento recíproco, hacen posible la unión de voluntades en la búsqueda
concertada de soluciones a los problemas de la existencia humana y de orientar así
el progreso científico-tecnológico de nuestros días hacia metas íntegramente
humanas”.

Juan Pablo II (Karol Wojtila)

El Estado Nacional y los Estados Provinciales deben asumir la responsabilidad de ordenar el sector científico y técnico; recuperar y rehabilitar la capacidad instalada; poner al sector en el nivel jerárquico que corresponde abriéndolo a todas las instituciones, grupos e individuos vinculados o motivados por esta tarea.

Asumida la responsabilidad y la decisión política, cabe asignar al sector científico y técnico una efectiva prioridad en materia presupuestaria aún en las peores condiciones socioeconómicas; formar recursos humanos útiles y calificados para la investigación científica y tecnológica y establecer una política de integración entre las provincias de la región a los fines específicos.

En nuestra provincia, y pese a la crisis o a propósito de ella, debemos promover carreras de investigador científico y tecnológico; garantizar la efectiva participación de profesionales, técnicos, trabajadores y usuarios en la planificación, conducción y evaluación de los programas de ciencia y técnica en los aspectos docentes y de investigación; articular los sectores y subsectores dedicados a la ciencia y a la técnica; redistribuir los recursos humanos para fines concretos de investigación científica y técnica; recuperar científicos y técnicos.

Es necesario preservar, en un contexto de federalismo político y de federalización intelectual, la autonomía provincial en la toma de decisiones estableciendo proyectos y programas vinculantes entre instituciones, grupos o individuos a nivel local y regional y responder, en todo caso, a las necesidades concretas. Aún en bonanza y sobre todo en las crisis, se impone asignar el presupuesto con aplicación racional y concentrada, evitando dispersiones, superposiciones y despilfarros, basándose en la probidad y la confianza mutua sin dejar por ello de auditar, evaluar y ejercer un adecuado contralor de gestión en la ejecución de dicho presupuesto.

Le compete al Estado en un marco de participación insoslayable, desestimar en términos generales y particulares, aquellos planes de investigación no vinculados con las necesidades y realidades de la provincia y de la región; relevar planes, programas y proyectos; establecer las políticas y los recursos para el planeamiento de la investigación y aplicación de productos de la actividad científica y técnica; ejercer la coordinación centralizada de planes y programas, promover convenios para proyectos y trabajos para fines específicos.

El quehacer científico y técnico de la provincia debe ser difundido permanentemente a la comunidad para mejorar el nivel y la calidad de sus propias actividades a través del periodismo científico en diarios, televisión, radio, redes informáticas y encuentros comunitarios directos especialmente en los niveles educativos primario, secundario y terciario, permitiendo, en todos los casos, el libre acceso a la información, a sus fuentes y un banco de datos científico-técnico.

Todas las metas en el área de la ciencia y de la técnica se alcanzan a través de largos y laboriosos procesos y el uso considerable de recursos; los logros no suelen ser espectaculares en el breve plazo pero al igual que la cultura, la ciencia y la técnica son las llaves maestras que abren las puertas para el desarrollo humano y aumentan en forma creciente y sostenida el nivel y la calidad de vida de las personas y de la sociedad misma.

Aún con escasos recursos conviene y es impostergable investigar, desarrollar y aplicar tecnología idónea y adecuada y concretar programas científicos y técnicos en las áreas de salud, educación, vivienda, energía, alimentación y comunicaciones, incentivando la expansión de la actividad apoyando la articulación y la cooperación interprovincial, regional e interregional. Es deseable y factible crear una cantidad adecuada de centros científicos y técnicos multifacéticos que coordinen y ejecuten proyectos en estrecha colaboración humana y tecnológica que logren aplicar sobre todo métodos y técnicas.

La cooperación científica y técnica así planteada debería estar coordinada por una Secretaría de Estado de Ciencia y Técnica, con un consejo provincial y comisiones permanentes de estudio, valoración y supervisión con expertos calificados en temas particulares. Los planes preliminares se envían a los institutos y al Consejo Provincial de Ciencia y Técnica donde se discuten, corrigen y perfeccionan.

Así las cosas, la Secretaría de Estado de Ciencia y Técnica está habilitada para calcular las inversiones necesarias y sugerir ayudas concretas. Los desarrollos de la investigación científica y técnica deben pensarse con calma, antelación y ponderación en el juicio utilizando una amplia y confiable información recíproca. Hay que estar dispuesto a otorgar ayudas financieras para resolver problemas reales que no se hallan dentro del plano de atención diaria e incentivar, al mismo tiempo, estudios sobre problemas teóricos de alto nivel; son responsabilidades indelegables que deben formularse por los menos dos años antes de su ejecución para, entre otras cosas, seleccionar personal y organizar unidades de investigación.

La organización del área de ciencia y técnica requiere unificación del financiamiento con un presupuesto único; estructuras orgánicas y funcionales apropiadas y sencillas, abiertas, dinámicas, flexibles, intercambiables, autárquicas; programas integrados y específicos; democratización de la conducción política y técnica; programación y asignación de recursos por proyectos; recursos humanos propios, adscriptos, transitorios e intercambiables; descentralización en lo ejecutivo; carrera del investigador científico y técnico provincial integrando trabajo, docencia e investigación; prestaciones de servicios técnicos, asesoramiento, utilización de tecnología por terceros; evaluación y monitoreo de la consecución de las metas. En suma, el sistema científico y técnico se integra por niveles que aseguren accesibilidad, calidad, eficiencia, participación, satisfacción, integración de proyectos y descentralización ejecutiva.

Los programas de investigación, de asistencia técnica, de capacitación de recursos humanos, de programas de cooperación deberían integrar, en nuestro medio, la capacidad laboral creativa y de infraestructura y equipamiento de las instituciones de enseñanza superior, terciaria y secundaria; el objetivo es modificar el saber con ópticas nuevas mostrando el panorama a las juventudes e instaurando una mayor movilidad de estudiantes, profesionales, docentes e investigadores reformulando el mito de la centralización creativa, ordenadora y decisoria de muchas de nuestras instituciones. Se necesita concitar la diversidad creativa bajo una unidad de concepción política y de mercado incentivando, al mismo tiempo, investigaciones particulares en que se asocien investigadores, técnicos y estudiantes.

El objeto de la ciencia y los medios para auxiliarla se hallan íntimamente asociados y en muchos aspectos los últimos influyen y a veces gobiernan al primero. La investigación debe ser fomentada y desarrollada en cualquier ámbito (universidades, escuelas, industrias, fábricas) y necesita encontrar eco en los presupuestos para el financiamiento global de múltiples actividades.

Ciencia y técnica son cuestiones de suma importancia para pueblos y gobiernos. El quehacer debe poner énfasis en la investigación básica, aplicada y de desarrollo dándole al recurso humano científico y técnico estabilidad, jerarquía, buenas remuneraciones y poder. Se deberían apoyar los proyectos y los programas que auspician las instituciones cualificadas y acreditadas más bien que a las instituciones mismas asegurando el empleo efectivo de la financiación de manera tal de que cumplan los objetivos y se fortalezcan los fundamentos de la ciencia misma.

La investigación científica y técnica tiene importancia social, cultural, económica y política y es el eje de la cultura posmoderna; tiene decisiva importancia en términos de desarrollo humano. Todo plan de desarrollo integral debe incluir un proyecto de ciencia y técnica cuyo modelo debe ser endógeno, es decir, planteado en términos de política provincial y nacional. El estado y la actividad privada tiene la obligación de mejorar la enseñanza de la ciencia y de la técnica, acrecentar el prestigio de los investigadores, estimular a los jóvenes para que accedan a actividades científicas y técnicas, desalentar, aunque les pese a algunos, las carreras profesionales tradicionales; apoyar la formación de profesionales y técnicos en disciplinas apropiadas, avanzadas y duras; establecer una red de educación científica y técnica en los tres niveles educativos.

Conocer y saber hacer es el desafío de nuestro presente si no queremos retornar a un pasado pastoril descendiendo en caída libre por fuera del mundo.

Leandro Strejilevich

Estas líneas han sido reelaboradas y abreviadas. Se publicaron en su texto original en El
Tribuno Revista, págs. 11 y 12 de la edición del domingo 19 de mayo de 1991.

 


 
Primeros Cronistas
 
La Vieja Escuela
Generación Intermedia
Nueva Generación

José de Guardia de Ponté

 

La "Unión Salteña", el "Grupo Salta" y un proyecto inconcluso

La "Unión Salteña", fue una organización honoraria que funcionó en nuestra provincia en la década de 1930. La "Unión Salteña" era parte de la Sociedad Provincial de Fomento. Esta Sociedad fue fundada por Agustín Usandivaras y Cristian Nelson en 1915.

El lema de la Unión Salteña era "Unión y Organización". En otras publicaciones aparece el lema "Educación y Organización". Palabras éstas que puestas en práctica constituirán las piedras angulares de la futura civilización Argentina", dice un texto de la Junta de Estudios Históricos de mayo de 1938. Antecedente de la "Unión Salteña" fue la "Sociedad Amigos de la Historia" de la que formaron parte Carlos Reyes Gajardo, monseñor Campero y Alberto Álvarez Tamayo. Entre los iniciadores de la Unión Salteña estaba Vicente Arias y Arturo S. Torino.

El Museo de Fomento como piedra angular

Respecto al Museo de Fomento, Cristian Nelson en carta a Reyes Gajardo dice: "Referente al Museo de Córdoba es cierto que progresa más porque Córdoba es más civilizada, pero también allá se cuecen habas. No han podido comprender la importancia de un Museo de Fomento y por el momento se apuren por satisfacer únicamente las exigencias de los turistas, que piden cosas para ver. Recién cuando aprieta más el hambre y la miseria que viene en marcha forzada, entonces se han de recordar los MUSEOS de Fomento, como el dolor de muelas hace recordar al dentista".

Tomás Gray visita el Museo en 1941- 1942, y lo describe en su libro "Noroeste" de la siguiente manera: "Trozos de minerales. Frascos de arenas auríferas. Bloques de rocas sedimentarias, precursoras del petróleo, el codiciado "oro nego" de los tiempos modernos. Azufre. Bórax. Fragmento de árboles corpulentos, fosilizados, hecho piedra. Manojos de rubio y fragante tabaco. Muestras de madera, en su variedad más exigente. Colecciones de antigüedades. Canutos de caña de azúcar. Se puede afirmar que toda la producción salteña en los distintos órdenes de la vida económica, tiene allí los índices de sus clasificadas especies". El Museo contaba con las siguientes secciones: agricultura, ganadería, ciencias, industrias, comercio, sanidad, enseñanza, arqueología, etnografía, artes y letras, deportes, informes y propaganda".

La secretaría como se dijo funcionaba en la calle Mendoza 440. Una de las sedes del Museo Provincial de Fomento estuvo en calle Caseros 712, planta alta. A su entrada había un cartel con la frase: "El pesimismo es una falta de imaginación". El Museo fue creado, a instancias de la Sociedad Unión Salteña, mediante Decreto 476 del 16 de junio de 1915 durante el gobierno de Robustiano Patrón Costas. El decreto encomendaba la administración del Museo a la Sociedad Unión Salteña y anunciaba su intención de disponer de fondos para su instalación y funcionamiento.

En la revista "Turismo y Comercio de Salta" (Salta, septiembre de 1940), se lee sin firma: "Bajo la apariencia de pobreza franciscana, pero con el empuje de las grandes obras de aliento y de extraordinarias consecuencias para el futuro cultural de la República, se presenta el Museo Provincial de Fomento de Salta, único en su género en el continente Americano, y llamado a servir como modelo para los similares a crearse en el país y en las demás repúblicas americanas".

Alude luego a la indiferencia que rodea en Salta a esta obra de don Cristian Nelson. "Nadie es profeta en su tierra", dice. Pero esto no ha sido obstáculo para la paulatina organización interna del Museo, añade. Agrega que esta obra "tendrá que extender su acción benéfica hasta el último rancho". "No se debe perder de vista, que la obra iniciada en Salta, no es una vulgar imitación de algo ya existente, y por ende, una empresa de más o menos fácil realización. Es una concepción netamente original surgida en la tierra heroica de Güemes, e igual a la obra de él, llevada adelante sin recursos, pero eso sí, con el firme propósito de llegar al éxito...".

Cita luego un texto estampado en el libro de visitas al museonor/: "El visitante que entre en el Museo de Fomento, guiado por el pueril deseo de satisfacer una curiosidad vulgar sin duda no sacará un gran provecho; pero el que entra con un propósito de absorber parte del espíritu sereno, y previsor que ha creado la Institución cultural y las nobles intenciones que la guían y del sentido eminentemente práctico que la impulsa, ese visitante se llevará como brújula para su vida, un tesoro de ideas conducentes; y como estímulo de su espíritu, un soplo de civilización dinámica, educativa e imperecedera".

En 1935 Romero Sosa lee su conferencia sobre Manuel Gálvez. En 1937 Nelson dice que la Unión Salteña "está preparando la Memoria Descriptiva de Salta, "obra monumental y única en el país". En enero de 1938 la Unión Salteña edita en Buenos Aires el libro de Carlos Reyes Gajardo "Apuntes Históricos sobre San Carlos del Valle Calchaquí de Salta", obra que dedica a la Unión Salteña "como un insignificante granito de arena para la futura Memoria Descriptiva de Salta". En octubre de 1938 se realiza la Primera Reunión de Historia del Norte. En 1939 se publica el libro de Romero Sosa sobre José Ignacio de Gorriti. En 1940 la Exposición del Libro Histórico. En 1942 la Exposición de Antigüedades Salteñas en el Cabildo Histórico, recuperado por la Ley Serrey, que también fue una iniciativa de Romero Sosa (1942-1943).

Estudiosos, pensadores, hombres de bien

Muy poco lo que se conoce de las actividades de esta organización, salvo que estaba formada por estudiosos y pensadores interesados en la historia y en el progreso social e intelectual de nuestra provincia. En documentos de 1937, donde figura una "Junta de Estudios Históricos" como parte de la Sección Historia de la Unión Salteña, encontramos los nombres de algunos de los conspicuos miembros que la componían y que sumaban alrededor de cuarenta personas. Entre ellos destacan figuras como Atilio Cornejo, Miguel Ángel Vergara, Cristian Nelson, entre otras. Los apellidos (españoles, criollos, dinamarqueses, italianos, judíos) y las profesiones (abogados, escritores, periodistas, religiosos, militares), hablan de un grupo heterodoxo y polifacético. Una de las actividades trascendentes de la institución considerada es la de haber organizado con éxito en 1938 la "Primera Reunión de Historia del Norte", un acontecimiento académico de primer nivel para la época, de acuerdo con la calidad de los que participaron o enviaron sus contribuciones.

Fuente: Por Ricardo N. Alonso y Gregorio Caro Figueroa - http://www.iruya.com/content/view/222/45

 

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